SWEET NEW HOME

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SWEET NEW HOME

AERIS

No estaba acostumbrada al frío, sin embargo no me disgustaba, mis tardes favoritas eran donde podía disfrutar de un clima lluvioso y una taza de chocolate, supongo que de ahora en adelante ese sería mi día a día.

Mamá y yo vivíamos en la ciudad, en una zona bastante céntrica, aunque Arcade era el pueblo donde nací y pasé mis primeros 6 años no recordaba mucho. Quizás al ver todo de nuevo los flashbacks llegarían a mi de golpe, no lo sé, quizás no quería que eso pasara, recordaría cosas que he intentado bloquear, como momentos y recuerdos que incluyen a mi papá... La razón por la cual regresamos después de 11 años era porque él había muerto de leucemia.

Prácticamente, nos quedamos sin nada. Mi papá nunca permitió que mamá trabajará, los ahorros, todo se había ido en cubrir sus tratamientos y había válido la pena, hasta que 3 meses después volvió a recaer y esta vez no había nada que hacer... Así que vendimos la casa y mi mamá tomó la decisión de regresar a Arcade, donde aún teníamos la casa que le heredó mi abuelo. Ahí y con el dinero restante viviríamos cómodamente, a comparación de la ciudad donde todo podía ser hasta el triple de costoso.

¿Me costaba asimilar todo esto? Si, y mamá lo sabía, era mi mejor amiga, a quien le contaba todo, pero era momento de ser fuerte, no podíamos morirnos en vida o decaer, no era lo que papá quería y eso me lo repetía a diario.

Aún así, creo que lo más difícil era eso, vivir un día a día sin alguien a quien estabas acostumbrado a ver siempre. Dolía.

Por otro lado, no me había costado mucho dejar la escuela, principalmente porque no tenía amigos, y la verdad no es porque nadie quisiera serlo, o porque fuese la rechazada a la que nadie quería en su grupo, no... Tenía compañeros, pero no amigos.

Así que no fue difícil decir adiós, creo que decir esa palabra solo se vuelve difícil cuando hay sentimientos o cariño real de por medio.

Mamá decía que tenía amigos en Arcade, aunque yo no los recordaba, o sea, habían pasado 11 años y solo tenía fotos de cuando era bebe o tenía 4, 5, 6 años, obviamente todos habían cambiado.

—Mira... llegamos—Dijo mamá con una sonrisa después de unas buenas 5 horas de viaje escuchando Iron & Wine.

Pase mi mano limpiando el vidrio empañado y lo vi, un letrero medio desgastado que colgaba desde un arco de madera.

"WELCOME TO ARCADE TOWN! DRIVE SAFE 'CAUSE LIFE IS NOT A GAME".

Era un tanto cool que el pueblo se llamara Arcade.

Seguí viendo por la ventana y todo lo que podía percibir era un ambiente que transmitía paz pero a su vez soledad y melancolía... Vaya, esperaba que hubiera cosas para distraerse en este pueblo.

Seguimos avanzando y fue entonces cuando vi carteles por todos lados...

"Desaparecidos", "Se buscan", "Vacúnate".

¿Qué había pasado? Mamá y yo nos miramos extrañadas...

Seguimos avanzando y solo se seguía viendo el bosque a un costado del camino, era grande, creería yo que interminable, hasta que por fin vi el pueblo, era acogedor, aunque para nada moderno, parecía más bien un pueblo que se había quedado estancado en la década pasada.

—¡Hogar, dulce nuevo hogar!—Exclamó mi mamá al llegar a la casa.

Estaba... Bueno, había que echarle una mano.

—Se lo que piensas... y si, tenemos mucho trabajo para hacer lucir esto increíble—Me rodeo con sus brazos.

—Quedará bien, lo sé—Dije con una sonrisa torcida.

Subí a mi cuarto, cargando par de cajas y me sorprendí, el cuarto estaba tapizado de color rosa, habían peluches y una muñeca de cerámica bastante creepy sobre la cama.

—Este cuarto necesita una buena remodelación—Pensé.

En la mesa de noche había una foto, de mi y otro chico, no lo recorda... Estaba intentando hacer memoria cuando justo en ese momento alguien tocó la puerta.

—¡Aeris!—Gritó mamá desde su cuarto.

—¡Voy!—Fui de inmediato, tan de inmediato que me había llevado la foto conmigo sin darme cuenta.

Baje las escaleras y me dirigí a la puerta, era un chico, muy bien abrigado y más alto que yo, pelo negro semi ondulado, ojos... ¿Marrones claros? ¿Azules? ¿Verdes? No distinguía bien.

Nos vimos por unos segundos y antes de que pudiera decir algo él chico bajo su mirada directamente a la foto en mi mano.

—Oh... Ese soy yo—Dijo con una sonrisa de oreja a oreja volviendo sus ojos a los míos.

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¿Quién creen que sea? 👀

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