IS GOOD TO MAKE FRIENDS

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AERIS

La diferencia entre el ambiente caliente de adentro y frío de afuera se notó apenas mamá abrió la puerta. Al ver a quienes estaban del otro lado pude ver un rostro familiar, Seth, que había estado por aquí ayer dándonos la bienvenida. En efecto, eran los Aensland.

Seth estaba acompañado de una mujer de ojos cafés y pelo castaño claro que resaltaba entre las cabelleras negras de ambos chicos a su lado. Su rostro era hermoso, fino y delicado. Asumo que es su madre, pero se veía realmente joven.

En su otro lado, yacía un chico mucho más alto que ella y un poco más alto que Seth.

—Tiene que ser su hermano—Pensé.

Su tez era tan pálida como la de Seth y sus ojos eran, ¿Oliva? No lo sé, el color de ojos de ambos chicos me confundían.

—¡Hola Aeris!—Dijo Seth muy amable.

—¡Hola!—Dirigí mi mirada a los tres—Es un gusto conocer al resto de la familia.

Mi mamá me dio un choque de hombros e inmediatamente me dirigí a darles un pequeño abrazo a cada uno. Sabía que eso quería, nuestra más grande diferencia es que ella era más cálida a la hora de tratar a la gente, y yo... no es que fuera grosera, pero era mucho más cohibida.

—¡Aeris! ¡Dios mío! Estas muy grande y hermosa—La Sra. Aensland me devolvió el abrazo.

—¡Gracias Sra. Aensland!—Sentí como mis mejillas se tornaban rojas.

—Es que no lo puedo creer... Cómo vuela el tiempo, ¿eh?—Suspiro.

—Bastante rápido...—Añadió mamá—¡Mira a estos dos muchachos tuyos! ¡Enormes y guapos!

Ambos chicos rieron mirándose entre sí, se veían tiernos.

—¡Ah, si! Aeris, no sé si recuerdas a Hanzel...

Estaba intentando recordar, pero la cara de "Mamá no hagas esto" de él chico me mataba internamente de risa.

—Ehmm no... Realmente no—Respondí.

—¿De mi si te acuerdas verdad?—Preguntó Seth de la nada.

—Pues si, ayer estuviste por aquí...—Dije sin intención de sonar pedante, pero sin duda había sonado pedante.

—Lo que pasa es que para mí hermano ha sido como una eternidad—Añadió Hanzel entre una pequeña risita.

Pude notar como Seth lo mataba con la mirada. ¿Qué pasaba ahí?

—Chicos, ¿Por qué no llevan a Aeris a conocer el pueblo?—Mamá cortó el silencio.

Sonaba cómo si se quisiera deshacer de mí, o de nosotros.

—Si si, vayan chicos—Dijo la Sra. Aensland también.

—Yo... ¿Puedo ir?—Preguntó Hanzel.

—Si, claro que sí cariño, solo... no hagas nada que sabes no debes hacer, ¿Okay? Y cuida a tu hermano. 

Él asintió.

Caminé con ambos chicos y el ambiente se sentía algo incómodo. Íbamos en silencio y realmente no se me ocurría ningún tema de conversación para romper el hielo más que el de los chicos desaparecidos, que no podía negar me tenía llena de curiosidad y con ganas de saber más desde ayer...

—Tu fuiste quien encontró la camisa de Eddy Connor, ¿Cierto?—Pregunté alzando mi vista hacia Hanzel, quien bajó su mirada perpleja y confundida a mi.

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