Capítulo 33

7.8K 487 17
                                    


—Bueno ¿Qué os ha parecido? —preguntó Aida mientras volvíamos a casa de sus padres.

—¡Me ha encantado Aida, me gusta tu ciudad, es bonita!

—Sinceramente a mí también y no soy fan de hacer turismo —Respondió Christopher encogiéndose de hombros.

Aida me miró esperando que yo dijera algo.

—Me ha gustado, gracias por esto señorita Alonso.

—De nada señor Fernsby.

(...)

Los días fueron pasando hasta que llegó el momento de volver a Nueva York. Después de haber estado en la ciudad natal de Aida, visitamos otras ciudades como Cádiz, Granada y Toledo, sabíamos que todavía nos quedaba mucho por visitar pero tanto mis hijos como yo sabíamos que volveríamos.

Una vez dejamos a Aida en su apartamento nos dirigimos a casa. Saqué a Mason en brazos del coche, se había quedado dormido y caminé junto a Christopher hasta la puerta, una vez dentro los dos frenamos en seco al ver a Vanesa mirarme con furia.

—¡¿Te parece normal ignorarme durante todos estos días?!

—Vanesa no grites, no te lo diré una vez más.

—¡Voy a gritar lo que me dé la gana! ¡Estoy harta de que no me digas las cosas y pases de mí, soy tu maldita prometida entiéndelo y no pienso permitir que la zorra de tú empleada me robe mi puesto!

—¡Vuélvela a llamarla zorra y te juro que no recordaré que eres una mujer! —Le gritó Christopher acercándose de manera amenazante.

— Christopher sube a tu hermano y quedaros arriba.

Le pasé a Mason que se aferraba a mi cuello con los ojos llenos de lágrimas.

—Pero...

— Ahora.

Este a regañadientes agarró a Mason y subió las escaleras con él para encerrarse en alguna de las habitaciones.

—No te permito que me levantes la voz Vanesa y menos en mi propia casa, yo no tengo que informarte de lo que hago y lo que dejó de hacer ¿te queda claro? —pregunté teniéndola a pocos centímetros de distancia.

—No me parece justo joder, entiéndelo, eres mi prometido y esa...esa niñata intenta robarse a mi hombre ¡¿Lo entiendes?!

—¡Nadie te esta robando nada joder, déjate de toda esta mierda de celos por que no pienso tolerarlo!

Respiró hondo y colocó sus manos en mi pecho empujándome al sofá para sentarse a horcajadas.

—Bien, lo siento, solo no quiero perderte Coltoncito

—Vanesa...

—Dejare de montar escenas lo prometo —Empezó a moverse contra mi y a besarme el cuello —Ahora vamos a pasarlo bien que te he echado de menos.

Coloqué mis manos en su cintura. Estaba cabreado,  tenía el juicio nublado, me deje llevar por el momento y la tumbé en el sofá para empezar a desnudarla.

— Joder Colton eres un salvaje— Dijo entre jadeos.

La bese para que dejara de hablar y empezara con lo que veníamos a hacer para así descargar toda mi frustración.

Aida

Caminé tarareando con el plumero en la mano en dirección a la oficina de Colton para ayudar a Greta a limpiar más rápido.

Una niñera a la españolaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora