¡Sí, me demoré 3 meses, pero aquí estoy! *Se postra en el suelo y les ofrece humildemente esta bosta*
¡Capítulo 20!! ¡Al fin llegué a la mitad de la historia!!! (Y solo me tomó 3 años, jajaja... ja.)
Como siempre, muchas gracias por aguantarme todo ese tiempo. Les adoro, no sé cómo tienen tanta paciencia.
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"Okay, okay: Primer beso."
Los dos estaban de lado, recostados con sus piernas entrelazadas. Habían estado así por un tiempo ya, enredados en sábanas, haciéndose preguntas, compartiendo anécdotas. Todo estaba un poco oscurecido, contando con solo una lámpara en la mesita de noche que habían dejado prendida, pero ella podía verlo perfectamente. Ámbar amaba la alegría en sus ojos, la curiosidad y la atención con la que la miraba como si le fuera a revelar los misterios del universo. Amaba el tinte despreocupado y satisfecho de su sonrisa, sabiendo que ella lo había puesto ahí.
Ella tenía su cabeza sobre la almohada mientras él apoyaba la suya en una mano. Lo cual era un poco distrayente porque la posición hacía que su brazo se viera enorme. Su cuello todavía tenía marcas de sus dientes, y su pecho era tan fuerte... Como sus hombros. Como su todo, la verdad.
¿Sería muy grosero de su parte si interrumpía la conversación para pedir otra ronda?
Se tuvo que concentrar por unos segundos para poder recordar qué era lo que le había preguntado. Con un poco de suerte, él interpretaría eso como que estaba intentando hacer memoria y no salivando al verlo tan exquisitamente deshecho. Pero bueno, ¿qué podía decir?— Ella siempre se había enorgullecido mucho de sus logros.
"A los 10 con un chico del colegio", contestó finalmente, teletransportándose a aquella época. "Mi curso estaba jugando a la botellita y me desafiaron a que me uniera, así que, obviamente, lo tuve que hacer."
"Obviamente."
"Me parece que su nombre era Rodrigo o algo así. Se fue del Blake poco después para irse a vivir a Londres con su papá — ya sabés cómo es. Como sea, no fue nada memorable, una cosita chica nada más, pero no estuvo mal. Ahora, el segundo chico que me tocó en el juego me quiso meter la lengua y fue un asco."
Su cara se arrugó con completa perplejidad. "¿A los diez años?"
"¡A los diez años! No sé qué le pasaba a ese chico, estaba mal de la cabeza", dijo ella, igual de perpleja que él. "Como sea, estoy bastante segura de que lo empujé y le dije que no se volviera a acercar a mí en su vida. De su nombre sí me acuerdo: Manuel. Lo odié para siempre después de eso."
Simón se rio suave. "Tan chiquita y ya tan fiera."
"Obvio", respondió ella con una sacudida de pelo, y los dos se rieron ante el gesto. Simón la atrajo por la cintura y le dio un beso cortito. "Bueno, contáme vos, ¿qué onda el tuyo?" Preguntó ella sonriendo.
"A los 7 con Luna."
Ámbar parpadeó. "¿En serio?"
"Sep", dijo divertido. "Como que siempre veíamos besos así como en películas y tal y ps, un día, completamente inocentes, decidimos intentarlo."
"¿Y qué tal?" Le preguntó, un poco más celosa de lo que admitiría. Fue un beso nada más, Ámbar, dale.
"Absolutamente nada memorable." Él se rio y se sentó un poco para hablar con sus manos, algo que Ámbar había notado que le gustaba hacer. Ella se irguió también un poco para poder verlo mejor. "Fue como el beso más chiquito que te puedas imaginar, ¿okay? Nuestras trompitas apenas hicieron así, y ya, nos separamos. Luego nos miramos tipo... 'Eso estuvo rarísimo' y, nada, no lo volvimos a intentar." Él desvió la mirada por un momento. "...Bueno, hasta lo de... tú sabes."
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Caminos Que Se Cruzan...
FanfictionVivir bajo el mismo techo resulta ser demasiada tentación. Habiendo caído en ella, Simón tendrá que afrontar lo que había estado peleando todo ese tiempo mientras Ámbar intentará mostrarle que no debería arrepentirse. En medio de un pasado doloroso...