Desde ese día, Ámbar empezó a trabajar desde casa.
Lo que le dijo a Simón fue que había demasiado ruido en el Roller, y con todo lo que tenía que preparar para la Roller Jam del Día de los Muertos, prefería estar en un lugar más tranquilo. Si ella le hubiera dicho eso hace una semana, Simón le habría creído sin dudarlo. Después de todo, él mismo se había preguntado varias veces cómo lo hacía para concentrarse con tanta música y tránsito de gente. Después de la visita de esa mujer, sin embargo, Simón tenía sus sospechas.
Le preguntó a Ámbar directamente si su decisión tenía algo que ver con esa contadora ex-socia de Sharon. Era demasiada coincidencia, y Ámbar claramente quedó afectada luego de que esa mujer se fuera del Roller, pero tras su pregunta, Ámbar solo le aseguró que no tenía que ver con eso y dio por cerrado el tema.
A decir verdad, era un poco desorientador, este ir y venir que tenían. Un momento, Simón sentía que Ámbar y él estaban más cerca que nunca, que incluso ella estaba tomando decisiones pensando en los dos, pero luego algo como esto pasaba, y Ámbar erigía murallas tan altas alrededor de sí que Simón sentía que si siquiera trataba de acercarse, dispararía cañones en su dirección.
Por supuesto que ella se disculpó con él por lo que pasó luego de que la contadora se fue, y Simón conocía a Ámbar lo suficiente a estas alturas para entender que no había sido nada personal ni en su contra, que Ámbar solo se había visto sobrepasada por la situación y por eso reaccionó así.
No significaba que estuviera bien, o que a Simón le gustara la forma en que lo empujó lejos. Lo único que quería era que ella confiara en él.
"Amor", Simón le acunó las manos la noche que ella le dijo que empezaría a trabajar desde la mansión, "tú sabes que puedes hablarme de lo que tú quieras, ¿verdad? Sé que a veces puede ser difícil, pero si hay algo que te está afectando, yo estoy aquí para escucharte. Si hay cualquier cosa que yo pueda hacer, me encantaría ayudar. De verdad."
Por un segundo, esa mirada había cruzado el rostro de Ámbar, y algo dentro de Simón gritó.
¿Qué pasa? ¿Qué tienes? Yo sé que hay algo, solo dime.
Pero Ámbar solo le había sonreído, mirándolo con afecto, y le apretó las manos con las suyas. "Gracias. Pero en serio no estoy escapando de nada. De verdad pienso que esta es la mejor decisión, al menos por ahora."
Simón no tuvo otra opción que dejarlo ahí entonces. Si Ámbar iba a estar más tranquila en su casa, por la razón que fuera, entonces eso debía hacer, y él tenía que apoyarla.
La extrañaba mucho, sin embargo, ahora que no iba más al Roller. Su presencia solía ser reconfortante, llamándolo como un faro cada vez que él pasaba por su mesa de trabajo. Incluso si los dos estaban ocupados haciendo otra cosa, él podía verla, y ella lo podía ver, y era lindo. Ahora se encontraba con sus ojos vagando hacia su mesa varias veces al día solo para recordar que no estaba ahí.
Empezaron a textear más como una forma de compensar por ello. Tampoco mucho, pero era de esperarse— Los dos estaban ocupados. Simón supuso que debía acostumbrarse a esto. Después de todo, la mayoría de las parejas no pasaban todo el día juntos— Ellos solo habían sido una excepción.
No era la distancia física la que le preocupaba la verdad. Sentía que había una barrera que no lograba cruzar. Primero esta mirada rara en los ojos de Ámbar que aparecía en su rostro de vez en cuando, luego todo este asunto con la contadora, y ahora esta idea repentina de quedarse en la mansión.
Simón había prometido esperar, pero estaba empezando a inquietarse.
Desearía saber lo que significaba esa mirada por lo menos. La había estado viendo mucho últimamente. Los dos podían estar acostados sobre la cama, charlando y jugando con sus manos, y de la nada, los ojos de Ámbar se tornaban... tristes, casi. Siempre desaparecía en un segundo, pero no lo suficientemente rápido como para que Simón no lo notara. Le había preguntado, más de una vez ya, si pasaba algo. Pero cada vez, Ámbar solo sonreía y le decía que todo estaba bien.
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Caminos Que Se Cruzan...
Fiksi PenggemarVivir bajo el mismo techo resulta ser demasiada tentación. Habiendo caído en ella, Simón tendrá que afrontar lo que había estado peleando todo ese tiempo mientras Ámbar intentará mostrarle que no debería arrepentirse. En medio de un pasado doloroso...