Era la mañana del Open Music. O "Flash Open", como Ámbar lo había llamado, porque realmente se había planeado en tiempo record. Lo había anunciado una tarde y, dos días después, aquí estaban, a horas de que comenzara todo. Eso significaba que solo habían tenido un día para ensayar (o más bien 3 horas porque la mayoría de ellos tenían cosas que hacer), pero Simón no tenía duda de que su presentación con los chicos sería todo un éxito. Sonaban muy bien y los pasos que se les habían ocurrido estaban padrísimos— la iban a romper.
Estaba en la barra mientras Pedro trabajaba en los lockers cuando de pronto escuchó a alguien llamar su nombre.
"¡Simón!"
Se giró justo a la vez que Ámbar llegaba rápidamente a la parte trasera de la barra, pluma y portapapeles en mano. Se veía bonita con su blusa de tirantes sobre su playera gris (si era honesto consigo mismo, siempre se veía hermosa), pero se veía agitada también.
"Necesito que cambies el logo de las pantallas por el del Jam & Roller", le dijo ella, apuntando a los televisores alrededor de la cafetería. "De ahora en más, el Roller vuelve a ser el Roller, los Red Sharks ya fueron así que ya está".
Simón sonrió. Al fin las cosas en el Roller estaban volviendo a ser como antes.
"Me encanta la idea, ahora mismo lo hago", anunció dándose vuelta, pero antes de que pudiera dar un paso, ella lo volvió a llamar.
"Pará, ¿el sonido lo chequeaste?"
"No, pero lo iba a hacer aho—"
No alcanzó a terminar antes de que ella empezara a hablar de nuevo. O, mejor dicho, a escupir palabras a alta velocidad.
"¿Llegó ya el chico con los trajes? ¿Daremos a basto con la comida? Grandes audiencias significan mucha más comida de lo normal. ¿Las lamparitas del escenario funcionan todas bien? No me quiero ni imaginar lo nefasto que sería si alguna se terminara apagando en medio de una función." Sus ojos se agrandaron. "Ay dios, ¿qué pasa si a la mitad de pronto les da por fundirse y el escenario termina diciendo solo 'Open'? Tipo 'Open nada', ay no."
Sí, efectivamente estaba agitada. Eso lo preocupó, no le gustaba verla así.
"Ey." Él se inclinó más cerca, apoyándose sobre la barra para que ella lo mirara. "Ey, estate tranquila, ¿sí? Todo va a salir bien", le aseguró con voz calma, pero ella negó con la cabeza.
"No, es que no me puedo relajar. Mirá esta lista enorme", dijo ella, apuntando a su portapapeles. "Todavía quedan un montón de cosas por hacer y siento que las horas se me caen encima."
Ámbar dejó el portapapeles sobre la mesa, mirándolo angustiada. Simón movió su mano y la colocó sobre la de ella, esperando que el gesto fuera reconfortante.
"Bueno, aquí me tienes. Lo que sea que necesites, yo estoy", le dijo con honestidad.
Sus ojos azules danzaron entre los suyos, y solo entonces Simón se dio cuenta de que el momento se estaba convirtiendo en algo más profundo de lo que debería. Había estado tan concentrado en hacerla sentir mejor que se le olvidó que se suponía que tenía que mantener su distancia.
"...jefa", agregó a su oración, apartando su mano de la de ella. Sí era su trabajo ayudarla después de todo, así que eso lo volvía menos personal. ¿Cierto?
Ámbar no pareció prestarle atención a nada de eso, sin embargo. Solo le regaló una pequeña sonrisa. "Gracias. Y perdón por atacarte con todo esto pero— estoy estresada. Muy estresada, porque este es mi primer evento como encargada del Roller y necesito que todo salga perfecto, ¿entendés? Ni una sola cosa puede estar fuera de su lugar, no quiero que nada salga mal y—... ¿Por qué me mirás así?"
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Caminos Que Se Cruzan...
FanfikceVivir bajo el mismo techo resulta ser demasiada tentación. Habiendo caído en ella, Simón tendrá que afrontar lo que había estado peleando todo ese tiempo mientras Ámbar intentará mostrarle que no debería arrepentirse. En medio de un pasado doloroso...