25 - Dudas y verdades

3.4K 122 6
                                    

Can

Salí temprano por la mañana para ir a la agencia, mi padre había vuelto y nos íbamos a encontrar con Emre allí.
Me alegré mucho de volver a verle, le había echado mucho de menos en estos casi dos años de ausencia. Me dolía pensar que se había ido solo al otro lado del mundo para cuidarse, a veces hay que tener a la familia alrededor, pero realmente sabíamos muy poco de la familia.

Emre me había entregado mi todoterreno, me sentí como si hubiera retrocedido en el tiempo, dando pequeños pasos para volver lentamente a ser el dueño de mi vida.

Fue agradable volver a ver el típico frenesí de las calles de Estambul y fue ciertamente emocionante cruzar el umbral de la harika Fikri, donde todo comenzó.

El primero en verme fue Cey Cey, empezó a saltar y a gesticular a su manera ansiosa gritando - ¡Can bay, Can bay, Can bay! - ante esa llamada toda la agencia se paró para venir a ver qué pasaba y el casco cobrizo de Deren salió de la puerta de su despacho
- Caaaan????- corrió hacia mí y me dio un cálido beso en la mejilla, abrazándome con fuerza suspiró profundamente susurrando -Tekrar hoşgeldiniz, bienvenido de nuevo- sonriendo saludé a todos levantando los brazos al cielo.

Llegué al despacho principal y fue un golpe para mi corazón volver a ver aquella sala que había sido testigo de tantas escaramuzas, celos, peleas, reencuentros, caricias y besos robados, tratando de escondernos donde el resto de la oficina no pudiera vernos.

Sentado en su escritorio, como si nunca lo hubiera dejado, estaba Babacim, mi padre. En cuanto me vio llegar, se levantó a mi encuentro y nos abrazamos de una manera que no necesitaba palabras: toda la nostalgia que habíamos sentido el uno por el otro estaba ahí.
Durante tanto tiempo habíamos sido sólo nosotros: yo para él y él para mí, la mirada que intercambiamos valía más que mil palabras, ya habría tiempo para las explicaciones.

Emre se unió a nosotros desde su oficina sonriendo, feliz de vernos a los dos de nuevo, era bueno estar aquí con ellos de nuevo.
Nos puso al día sobre los negocios de la agencia y acordamos que volvería a trabajar con la agencia sólo como fotógrafo, no a tiempo completo, ya que en ese momento estaba definitivamente ocupado con otra cosa, como recuperar al amor de mi vida.

Antes de volver me fui de compras.

Sanem

Desde el porche le había visto salir con su jeep, cuántas emociones estaban ligadas a ese coche, había sido el testigo silencioso de tanto de nuestro amor.
Una vez entregada la pequeña Nihat a Denise me puse a trabajar, primero respondí a mis admiradores en el blog que la agencia había creado para mi libro y luego me puse a escribir para mi segundo libro.
Estaba bien encaminado, pronto daría buenas noticias a mi editor.
A la hora de comer me puse a trabajar con mi portátil en la mesa que había podido instalar a la sombra de una hermosa acacia ahora que Can había limpiado toda la zona.

Can, me paré a pensar en él, ¿quién sabe dónde había estado toda la mañana? Justo en ese pensamiento dos manos me agarraron los hombros seguidas de un beso con barba en mi mejilla.
- Günaydın Sevgilim , buenos días querida - jadeé y me apresuré a cerrar la pantalla del ordenador, me llamó la atención un extraño olor, me giré interrogativamente hacia él reconociendo un intenso olor a mujer.
La impresión fue confirmada por una hermosa huella de labios rojos impresa en su mejilla, mi corazón dio un vuelco, así que eso fue todo, comenzaba de nuevo con el carrusel de mujeres a su alrededor.

Me puse rígido, volví a abrir la pantalla del ordenador y contesté secamente -Günaydın-.
Sin desanimarse en absoluto, le vi sentarse en la silla frente a la mía y ponerse cómodo observándome. Definitivamente no estaba de humor para charlar, justo en ese momento el nombre de mi editor, Ali, apareció en la pantalla de mi teléfono.
- Lo siento -me apresuré a responder, alejándome hacia el muelle.
- ¡Iba a llamarte! -
Le vi levantarse y marcharse.

Puse a Alí al corriente del progreso de las obras y acordamos reunirnos en la ciudad el miércoles siguiente.
Cuando terminó la llamada, me quedé en el muelle mirando el mar y calmando mi turbado estado de ánimo, ¿qué esperaba? Ah Sanem, ah. ¿Qué te ha parecido? ¿Que se quedaría aquí para siempre y sería un pescador a placer? Prepárate para ver su hermoso trasero salir de nuevo mi querida.

Sentí su presencia antes de oír el sonido de sus pasos en el entarimado del muelle, me puse rígido mientras seguía mirando el mar.

- Sanem si hay alguien en tu vida no puede ser culpado, ¿quién no querría una mujer maravillosa como tú a su lado? Soy la primera en quererlo y no me rendiré hasta ver el anillo de otra persona en ese dedo, ¡puedes estar segura!

Y con eso giró sobre sus talones y desapareció probablemente hacia el barco.

Sus palabras me habían impresionado, ciertamente no las esperaba.

¿De verdad creía que podría hacer sitio en mi corazón para otra persona?

Can

Había dicho todo lo que tenía que decir, me había prometido decir siempre la verdad sobre mis sentimientos, no más escaramuzas, no más dudas, ella tenía que entender que era la única para mí, nunca existiría nadie más.

Con la cabeza perdida en estos pensamientos volví al todoterreno y descargué todas las compras que había hecho, las llevé al pie del porche de Sanem y empecé a ocuparme de desenvolverlas y montarlas...

La vi volver cuando la mecedora estaba casi terminada, me miró interrogativamente

- Ne yapıyorsun, ¿qué estás haciendo? - Terminé de desenvolver los bonitos y coloridos cojines.

- ¿Ves? Es un rockero -

- Yo no pedí una mecedora.

- No es sólo para ti, también para Nihat .... y para mí, por supuesto, me gusta la idea de abrazarlo mientras nos balanceamos juntos en el balancín -

- ¿Y esas cajas? -

- Una es una hamaca para mamá y la otra es un pequeño columpio para el hijo.

Sanem se quedó sin palabras, pero ¿qué dulces pensamientos había tenido?

La vi recomponerse y volver a fruncir el ceño.

- También tuviste tiempo de comprar hoy, debe haber sido una mañana ocupada...

Se acercó y me pasó un dedo por la mejilla mostrándome los restos de carmín que había encontrado allí.

Asentí suspirando, eso explicaba su rigidez, no pude resistirme, la tomé en mis brazos sonriendo y le susurré al oído

- Estoy seguro de que si le hubiera dicho a Deren que te vería también te habría mandado un beso para ti, tenlo por seguro.

Apartó la cabeza para mirarme con atención - ¿Deren? ¿Has estado en la agencia? ¿Vas a volver a trabajar allí?

Asentí - Sí, pero no a tiempo completo, tengo un hijo que criar y conocer y debo trabajar para recuperar a su madre, el amor de mi vida -

Un amor que renace de las cenizasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora