Bucle *Antología*

Caridad. (Drable) Theomione/Dramione

Nota: Este drabble fue el primero que publique aquí, pero por motivos personales lo borre. He cambiado a la pareja central y algunas cosas más.
Espero les guste.

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" ¡Soy como un maldito perro al que rescataste de la mierda porque lo creíste sufriendo!".

"¡Jamás dije tal cosa!".

"¿Entonces eres mi tabla de salvación ante la pérdida de mi mejor amigo?".

"Como te atreves. Yo lo también lo perdí..."

"Al menos a ti no tratan como a un cachorro herido".

Fueron tus últimas palabras, al final de nuestra pelea todo lo que sentías quedó flotando en la habitación y no tuve como debatirlo en voz alta. Agradecí tu huida, me ayudó a tranquilizarme y a analizar lo dicho.

Había muchos lados por dónde abordar el tema, ser dura y darte por histérico era el camino más fácil, sin embargo, con un té frío en mis manos y despedazado mi pasado llegue a una única conclusión.

—Ambos somos cachorros heridos.

Esa mirada de lástima que dices ver también la recibí, otros antes me miraron con conmiseración. Yo también fui el proyecto de alguien que creyó que necesitaba ser arreglada. Filas de conocidos y extraños dándome un pésame infinito ante una desgracia por la que no sentían nada, diciéndome que saldría adelante si pedía su ayuda.

Sé que tú has sido golpeado duramente por la sociedad y lo entiendes. La forma en la que ves la vida, la forma en que naciste y creciste te facilita entender lo terriblemente venosas que pueden ser las personas. Es justamente eso por lo que te cuesta creer que mis sentimientos hacia ti no son una obra de caridad.

Yo también fui el perro de alguien.

Un proyecto de rescate de dos chicos que más tarde descubrieron el daño emocional que me habían causado y como animal herido —por que sí, somos seres vivos y los humanos no estamos lejos de ser animales— Harry y Ron tendieron las manos hacia mí y me aferre a ellas con alivio. No puedo negarte que de aquella técnica de arrepentimiento desarrollé sentimientos profundos por mis salvadores. Sé que te daría risa si te lo dijera, pero así fue. Ninguno de ellos jamás entenderán lo que significó poder llamarlos amigos.

Amigos que desaparecieron cuando me casé con Draco.

Viví un luto mucho antes de que él partiera. El dolor y la tristeza de ver que estaba sola de nuevo, igual que en aquel baño en primer año. Draco hizo tanto por mi, se convirtió en mi todo y cuando falleció fue como si arrancarán la parte brillante en mi corazón. Creí que moriría hasta que llegaste. Estabas tan destrozado como yo y fue tan reconfortante poder unir mis pedazos a los tuyos. Pronto solo nos tuvimos el uno al otro y no necesitamos nada más.

Me aflige que pienses que te he rescatado para acrecentar mis triunfos heroicos, pues como ves no hay nada de heroico en la vida que he llevado.

Te amo, Theodore, y mis motivos son tantos que no podría decirte solo uno, apelando a tu madurez espero que lo aceptes y entiendas, pero como sé que la sensatez no es una de tus virtudes y solo me queda esperar que ese adjetivo que te has autoimpuesto desaparezca después de que los nervios de nuestra boda se disipen. Creo que al fin comprenderás que no voy a alejarme de ti, que todas las veces que he tomado de tu mano ha sido por mi voluntad y profundo amor.

Draco partió mucho antes de cumplir lo que soñamos, pero con su ausencia entendí que en realidad no estaba sola, que no importaba si había sido el acto de caridad de otros. Toda mi vida eran pasos, un trayecto que estaba conduciendome a un final en dónde contra todo pronóstico te encontré a ti. Te amo con todo lo que soy y lo que has logrado revivir en mi.

—¿Ves esto como una correa? —te susurro mientras Shackelbolt habla de los deberes del matrimonio.

No hay nadie para festejar nuestra unión. Todos se han girado para hablar de cómo la viuda y el mejor amigo han traicionado la memoria de un muerto. Podemos reír de eso luego. Está historia es nuestra y sólo a nosotros nos importa lo que suceda con ella.

—Lamento lo que te dije —dices con pena y siento tu mano sudar.

Ahí está un buen motivo para amarte, adoro como bajas tus defensas en el último minuto, solo por miedo a que tus palabras le ganen a lo que en verdad sientes. Ya pasó aquella sensación de traicionar a tu amigo, ya has podido aceptar que lo extrañas y has prometido cuidarme en su nombre. Ahora tienes que enfrentar tus propios malestares, inseguridades que no debes tener mientras yo sostenga tu mano.

—No lo hagas, lo que dices siempre tiene algo de verdad. Solo quiero que sepas que no te veo de esa forma y quiero que tú tampoco lo hagas conmigo.

—Jamás.

—No eres un perro, Theodore Nott.

—Pero si me has salvado...

—Y tú a mí.

Kingsley termina y nuestros cuatro testigos aplauden, por fin la distancia que mantuvimos desde nuestra pelea deja de existir. Me envuelves entre tus brazos y pegas tu frente a la mía como una promesa de fidelidad y amor.

Yo también fui un perro alguna vez, el proyecto de alguien, pero ahora con tu boca sobre la mía eso se ha quedado atrás. No hay más lamentaciones sobre lo que ya no se puede reparar. Lo más hermoso que he vivido está preservado en mi memoria donde estará a salvo por siempre, ahí guardo todo mi amor por Draco y lo que viví con Harry y Ron.

—Se acabaron los rescates —hablo sobre tus labios. —A partir de ahora solo seremos tú y yo.

—Sólo por un tiempo señora Nott, no olvides que quiero cachorros — sonríes y tu burla ácida apenas importa.

—Recuerda que solo puedo uno a la vez.

—Tendremos que comenzar de inmediato. —a nadie le sorprende cuando me llevas en brazos hasta la entrada a nuestro hogar para comenzar nuestra labor conjunta y exquisitamente satisfactoria.

—Te amo, Hermione. Te amo.

—Juntos contra el mundo...

—Siempre juntos...