Bucle *Antología*

La Taza. (One-shot) Dramione

Esta es su doceava sesión, la quinta vez que Hermione se replantea toda su carrera, la tercera en que Malfoy usa ese traje en azul Oxford y la primera vez en toda la terapia que es honesto con ella.

—A veces estoy... ya sabes, tomando una taza de té por las mañana, de la forma más pretenciosa posible por supuesto. Soplandole a un liquido qué previamente calenté de más para poder perder tiempo soplandole, ¿entiendes?

Hermione simplemente asiente. Los ojos del rubio están fijos en la taza qué ella sostiene, esta casi vacía y tiene un poco de su lápiz labial.

—Algunas veces, si estoy rodeado de personas, pretendo qué escucho sus platicas vacías y que me importan sus parloteos. Seguramente se filtra un poco de mi apatía, pero ellos fingen qué no lo notan y yo finjo qué puedo reunir toda mi mierda en una máscara de tranquilidad.

—¿Por que? ¿Porque fingir?

—Porque puedo y porque es lo más cómodo para los demás. Nadie quiere lidiar con un ansioso depresivo.

—Malfoy...

—¿Me dejaras terminar?

Hermione asiente. Draco se ve satisfecho de dejarla callada, se acomoda en su asiento y retoma sus palabras.

—No se en que momento termino con la cabeza colgando sobre la taza. La vista exterior diría que estoy concentrado resolviendo un enigma existencial muy profundo, pero en realidad estoy imaginando qué pierdo la razón, que no me importa nada y que estrelló la cara contra la taza, imagino como saltan los pedazos de porcelana por el golpe, como el liquido caliente se funde con mi sangre. Tengo que admitir que en mi fantasía es gratificante hacerlo, así que simplemente continuó azotandome.

—¿Qué pasa después?

—Nada. La voz irritante de mi madre me regresa a la realidad.

—¿La realidad es mejor?

—No. —Hermione lo ve apretar la boca, el rosa pálido de sus labios se vuelve casi tan blanco como su piel. La castaña sabe que esta a punto de cerrarse de nuevo, así que intenta llevarlo a un punto menos estresante.

—¿De qué es tu té?

—¿Que?

—¿Qué sabor? Mi favorito es el de menta. ¿Qué té tomas regularmente?

—Granger... Acabo de decirte que fantaseo con romperme la cara contra una taza frente a mis padres, casi todas las mañanas, ¿y preguntas por el sabor de mi té? ¿En serio?

—Sí. ¿Qué pasa con eso?

—Correcto. —Hermione lo ve abotonarse bien el saco y arrastrar su trasero hasta la orilla del cómodo sofá gris. Antes de levantarse escupe la respuesta con frustración. —De Hierbabuena.

—¿Espera, a donde vas? —Hermione no tiene tiempo de soltar la taza, corre hacia él antes de que salga del consultorio. —No puedes irte aún. Nos quedan veinte minutos de la sesión.

—No importa, no voy a decir que es tu culpa y ya todo esta pagado, aunque ambos sabemos que si es tu culpa.

—¿Mi culpa? Pero si eres tu él que...

—Detente. —la palma de Draco se levanta y queda muy cerca de su nariz, Hermione retrocede un poco, pero el rubio la alcanza, le saca la taza de las manos y con todas sus fuerzas arroja el recipiente de porcelana hasta que impacta con la pared más cercana. El ruido sobresalta a la joven bruja. —Estoy cansado de esto. Cansado de venir hasta aquí por una maldita recomendación de Blaise, él dijo que hacías un buen trabajo con la mente, vaya fraude.