Bucle *Antología*

El Atril del Diablo. (One-shot) Dark Theomione/Dramione

ADVERTENCIA: Este one-shot es de temática oscura. Contiene violación, muerte de personajes y tortura. Si esto detona algo en ti, por favor omitelo, si estás seguro en continuar agradezco tu lectura.

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Recordaba sostener el libro entre sus manos, tendría tal vez diez años, su madre acababa de fallecer y su viejo padre enloquecido había destruido gran parte de la biblioteca en su representación más simple por acabar consigo mismo. Obviamente el anciano Ilias Nott era incapaz de hacerse daño, aunque si muy dispuesto al drama. El infante Theodore hizo lo que estuvo a su alcance por rescatar los libros que pudo, su arraigado amor a la literatura era lo único que lo hacía sentir cercano a su madre. Así fue como encontró el libro, su pasta gruesa y dura como piedra, los filos de las hojas en dorado y el interior lleno de dibujos en movimiento, mujeres desnudas con nudos de cuerdas entrelazados sobre su carne, apretando los lugares más voluminosos y haciéndolos más apatecibles, la sumisión y el placer del dolor solicitado. Sus ojos se habían abierto entre la sorpresa y la curiosidad, tiempo después el libro terminaría en su habitación de Slytherin, siendo hojeando por todo el grupo de ese año.

—Por favor, se que estas ahí, por favor, te lo suplico... agua.

Fue divertido compartirlo con los demás, fue divertido cuando imaginó en voz alta frente a sus camaradas la idea de llevarlo a práctica con alguna mujer, pero nunca especificó que para él la otra parte debía estar dispuesta, no mencionó que en sus fantasias el límite era mirar, pues no se sentía atraído por nada más que la imagen, lo bello dentro de lo carnal. Sus compañeros de alcoba apoyaron sus ideas en su retorcida e individual forma de verlo y Theodore se sintió perteneciente al grupo por primera vez, no perdiéndose la pesada mirada de Malfoy al otro lado de la habitación, juzgandolo.

—Solo una gota, una gotita de agua, te lo suplico.

Hizo investigaciones al respecto, todo sobre la historia del bondage, recopilando en su cabeza imágenes eróticas que le calentaba el cuerpo en las noches. Fue cuando descubrió que le gustaba más la idea de frotar, de tener el cuerpo de alguien inmovilizado y hacer uso de ese poder para dar afecto con caricias, con una dulzura lenta y agónica que provocaría en su pareja súplicas para que no se detuviera, para que le diera las atenciones que su cuerpo necesitaba. Entonces tener a alguien sometido tendría un significado más allá del sexo, el placer y lo perfecto podrían considerarse suyos par dar y recibir.

—Por favor, por favor buen señor solo una gota de agua.

Pero las fantasias deben terminar en algún momento y las de Theodore lo hicieron de la peor manera. La guerra estalló en la cara de todos demasiado rápido para que pudieran escapar o pensar en un plan B. Su padre lo marcó como protección y la salidas de Londres se sellaron para todos. Ilias murió rápidamente, Arthur Weasley tuvo la decencia de no hacerlo sufrir más luego de verlo ahogándose en su propia sangre, fue casi una cortesía que lanzará sobre él un avadakedavra, algo que Theodore no pudo pagarle.

Y como todas la guerras esa llego a su fin, dejando ruinas y cadáveres que hacía un par de meses que seguían justo donde cayeron, pudriéndose hasta los huesos, los rostros pálidos perdieron la carne y los cráneos sin identidad comenzaron a aparecer. Cada mañana caminaba alrededor de las ruinas de Hogwarts, mirando a los que reconocía por sus ropas, encontrando a Potter en el patio principal y junto a él un puñado de sus amigos, la cabeza de Ginevra Weasley aún conservaba tiras largas de cabello cobre que se alzaba con el frio viento del ahora cementerio.

—Entonces déjame partir, déjame irme con mis amigos. ¿Para que me quieres aquí? ¿Para que mantener a un cuerpo vacío? Ya me han matado, déjenme partir.