Shaman King (Manga)

Parte 1 - Nuevos amigos

Advertencia: Capítulos 1 - 8 del manga. Capítulos 1 y 2 del nuevo anime.

Una noche, un chico llamado Manta Oyamada regresa a casa después de las clases de la academia. Durante el camino, tomó un atajo yendo por el cementerio, pero ahí se encontró con un chico que le invitó a ver las estrellas, pero su rostro se puso pálido al ver que el chico estaba con fantasmas, por lo que salió corriendo.

Al día siguiente, Manta estuvo contándole a sus compañeros lo que vio, pero nadie le creyó. Entonces, cuando las clases estuvieron a punto de comenzar que el profesor presentó a un nuevo compañero, se trataba del chico que Manta conoció, Yoh Asakura, pero éste fingió no conocerle.

El joven de baja estatura quiso seguir a Yoh, pero al final fue descubierto. Él se disculpó por haber fingido no conocerle y le confesó que se trataba de un Shaman y que estaba ahí para entrenarse. A la noche, Manta fue al cementerio para ver si él se encontraba allí, pero acabó por encontrarse con la banda de Ryu quién le dio una paliza por haber entrado en su territorio.

A la mañana siguiente, Yoh, al ver el estado en el que se encontraba Manta, regresó a aquel lugar para vengarse por lo que le hicieron a Manta, porque era su amigo. El joven llamó el espíritu de un Samurái con el que hizo una fusión de almas con lo que le permitió fusionarse con el Samurái Amidamaru logrando obtener las habilidades del Samurái y lograr derrotar a Ryu y su banda.

Al día siguiente, mientras Yoh y Manta descansaban en ese lugar, el Shaman decidió que Amidamaru fuese su espíritu acompañante, pero éste se negó ya que esperaba a alguien, no quería irse de ese lugar.

Los dos jóvenes querían saber algo más del Samurái, por lo que fueron al museo en busca de su espada Harusame. Sorprendente, junto al arma, había un herrero llamado Mosuke que les contó su historia con Amidamaru y la espada Harusame, que acabaron conmoviéndose ante la historia de su pasado. Tras esto, Manta le contó que el Samurái aún después de haber pasado 600 años, aún le esperaba en aquel lugar. Yoh, para ayudar a ambos amigos, fusionó su alma con la de Mosuke para arreglar la espada que se encontraba oxidada con el paso de los años.

Cuando regresaron con Amidamaru, le entregaron la espada como nueva informándole que Mosuke había encontrado el descanso y había ascendido a los cielos. El Samurái se había emocionado ante la amabilidad del joven, por lo que en vez de seguir a su amigo a los cielos, decidió quedarse en tierra para ser el espíritu acompañante de Yoh.

Una mañana corriendo hacia la escuela, Manta llevaba a rastras a Yoh medio dormido cuando un cártel de una tienda cayó sobre él. Afortunadamente, el joven había caído en un hueco del suelo, por lo que se salvó y no recibió ningún daño.

Ya habían llegado a su destino. Manta se molestó con el Shaman porque éste dependía de los espíritus para hacer ciertas tareas sin esforzarse por sí mismo por lo que se marchó dejando a Yoh y a Amidamaru.

El joven pasó por donde aquella mañana el cartel se había caído, pero casualmente, estaba a punto de caerse otra vez hasta que apareció Amidamaru advirtiendo a Manta de que se apartara, logrando así esquivar el objeto. Se dio cuenta de que el cartel estaba poseído por un espíritu maligno. Fue entonces cuando apareció Yoh que había descubierto la identidad del espíritu y así volviendo a ser el que era, un pintor que murió en un accidente y no pudo terminar de pintar el cartel, por lo que Yoh fusionó su alma con la del pintor para poder acabar de pintar el cartel y así el espíritu pudo descansar en paz.

Un día caluroso, Yoh se estaba entrenando mientras Manta lo observada con calor sentado en el banco. Se sorprendieron al escuchar un grito que provenía de un chico de su escuela. Se llamaba Tatsushi, era un delincuente, pero un boxeador llamado Gussy Kenji lo encontró y lo tomó como su alumno, introduciéndole al mundo del boxeo; sin embargo, cuando él murió, el chico volvió a la delincuencia.