La ceremonia de apertura transcurrió sin ningún problema y el día siguiente pasó volando con normalidad; una normalidad tan abrumadora que, para Yoh, se sentía todo como un sueño, pues era difícil de aceptar. Anna sin embargo le convenció de que ambos, tanto su batalla como su vida escolar, eran reales... además del plan de entrenamiento al que le pensaba someter.
Al caer la noche, Yoh y sus amigos, incluyendo a Ren, se reunieron para celebrar el triunfo de los Shamanes en la posada.
– ¡Sí! Soy tan feliz... ¡¡Todos lo hemos logrado!! – Exclamó Horo Horo alegremente mientras tomaba una bebida.
– Hermano, ¡no te emborraches en medio de la celebración! Me estás avergonzando. – Le regañó Pilika – ¡Y ten cuidado con lo que dices!
Al principio el peliazul no entendía a qué se refería su hermana pequeña, pero ésta señaló a Mei disimuladamente y, enseguida, la sonrisa de Horo Horo se borró para dejar ver la típica expresión de alguien que sabía que había metido la pata.
– ¿Eh? ¿Qué pasa? – Preguntó la rubia confundida al ver cómo su amigo de la infancia la miraba.
– Lo siento Mei, lo dije sin pensar... – Se disculpó Horo Horo.
– Está bien, ¡en serio! No fue mi oportunidad y ya está – Respondió Mei con una sonrisa – Además, si hubiera seguido en la pelea, me habría retirado ahora.
– Vaya, ¿y eso? – Preguntó Pilika con curiosidad.
– Porque, aunque no fue gracias a mí, vi que mi principal propósito para participar se empezó a cumplir, ¡así que no necesito continuar!
– ¡Con razón se te ve tan feliz! – Comentó Pilika riendo.
Mientras los Ainus hablaban entre ellos, Manta se veía completamente confundido y en shock porque, al llegar a la posada en taxi la noche anterior, el combate recién había terminado; no conforme con eso, Anna ya sabía lo que había ocurrido gracias a los espíritus de las cercanías... pero sobre todo se preguntaba por qué estaban todos ahí, a lo que Horo Horo respondió que todos eran camaradas.
– Lo de Horo Horo lo entiendo, después de todo es pobre – Comentó el Oyamada mientras veía cómo Anna le decía que le debía las bebidas que tomó cuando celebraron la primera victoria de Yoh – Pero... ¿por qué estás tú aquí...?
– Estoy aquí solamente porque Mei me lo pidió... y porque fui arrastrado por este estúpido – Respondió Ren, tras lo que sacó de quicio al Ainu con unas pocas palabras más y provocó que el peliazul buscara guerra, lo que provocó que Mei intentase por todos los medios de aguantar la risa.
Bason estaba conmovido por la escena y, según él, por ver a su joven maestro tan feliz, cosa que chocó bastante a Amidamaru, pues no lo parecía. No obstante, explicó que, exceptuando a Mei, Ren nunca había hablado amigablemente con nadie; sin embargo, ahora tenía amigos con sus mismos poderes y que peleaban en el mismo tipo de batallas que él. Tras Bason comentar que era bueno tener amigos y Amidamaru afirmarlo, Taki notó que Hikari estaba llorando en silencio.
– Hikari, ¿qué te pasa? ¿Por qué lloras? ¿Estás bien? ¿Te duele algo? – Preguntaba la sacerdotisa con preocupación, a lo que la pelinegra negó con la cabeza.
– ¿Hikari? – Fue el turno de Mei de notar el estado de su amiga.
– ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras? – Preguntó Manta, también preocupado.
– N-no será nuestra culpa, ¿verdad? ¡Por favor, no llores! – Añadió Horo Horo con nerviosismo, aún sujetando a Ren de la corbata mientras éste amenazaba al peliazul con su lanza y escuchaba al resto, como si se le hubiera dado al botón de pausa a un videojuego de peleas.
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Shaman King (Manga)
Romance¿Te gustó la historia que escribimos basada en el anime? MidnaChalenging y yo hemos escrito la historia de nuestras personajes basándonos en la LA HISTORIA DEL MANGA, así que debes de haber leído el manga antes de leerlo. Habrán cosas iguales o par...