Parte 5 - Amistad

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Horas después de la pelea de Yoh y Horo Horo, todos se reunieron en la posada para celebrar, incluyendo Horo Horo y a Ryu y su pandilla. Todos reían, comían y bebían, incluso el Ainu se veía bastante optimista, pues sólo tendría que ganar los otros dos combates para pasar a la siguiente ronda.

– Esto me recuerda... supongo que todos estos encuentros por mi parte han sido chocantes para vosotros, así que me presentaré más adecuadamente. Soy Mei Kozakura, miembro de la tribu de los Ainu de Hokkaido y hermana en espíritu de este pelopincho; ¡es un placer! –, dijo Mei, haciendo una reverencia mientras permanecía sentada.

– ¡Oye, no tenías que añadir lo de pelopincho! –, protestó Horo Horo.

– ¿Prefieres sinvergüenza?

– ... Creo que prefiero pelopincho –, respondió el peliazul, a lo que los demás rieron.

– ¡Me sorprende que también seas una Ainu! En el caso de Horo Horo se nota por su ropa y la pronunciación de su nombre, pero en tu caso no es así –, comentó Manta curioso.

– Bueno, ¡eso tiene una explicación simple! Según me contó mi padre, la familia de Mei no tiene orígenes de Ainu –, respondió Horo Horo.

– Ah, ¿no?

– No. Veréis, mis padres vivían en otra parte de Hokkaido; ambos son Shamanes, pero no eran parte de esa tribu. Un día, no mucho antes de que yo naciera, mis padres descubrieron la existencia de la tribu de los Ainu y éstos le enseñaron todo a ellos; cómo estar en armonía con la naturaleza, tradiciones, rituales... todo. Fueron considerados entonces como parte de la tribu. Cuando yo nací, Horo Horo tenía casi 4 meses y, para inculcarnos más fácilmente a ambos todas las enseñanzas de la tribu, nos criamos juntos para tener un vínculo aún más fuerte que el de dos amigos normales, ¡incluso mayor que el de los mejores amigos! Ambos congeniamos muy bien desde el principio y, hasta hoy y junto con su hermana menor, hemos tenido una muy bonita relación fraternal –, explicó la rubia.

– Demonios, ¡no hace falta que lo cuentes de forma tan cursi, me da vergüenza! –, se quejó el Ainu sonrojándose.

– ¡Per-dón~! –, respondió Mei en tono burlón, sacando la lengua con una sonrisa.

Ryu seguía pensativo por el evento y sus amigos empezaban a pensar qué le preguntarían al Gran Espíritu si lo vieran; cuando le preguntaron a Ryu qué haría si se convirtiera en Rey Shaman, vieron que se había quedado embobado con ambas Koroppo Kuru y Horo Horo enseguida le golpeó con su snowboard. Poco después, una chica apareció diciendo que el Rey Shaman sólo podría ser su hermano; se trataba de Pilika.

– ¡Pilika, ¿también estás aquí?! –, dijo Mei con sorpresa.

– ¡Mei, qué sorpresa! –, exclamó la peliazul en respuesta – Lamento que no pueda quedarme a conversar contigo ahora, tengo que llevarme al inútil de mi hermano a entrenar.

Dicho y hecho, la chica le echó encima una red a Horo Horo y se lo llevó a rastras a su entrenamiento infernal, no sin antes decirle a Yoh que nunca le perdonaría que tratase de impedir su sueño. Horo Horo simplemente le dijo a Yoh que hiciera caso omiso a lo que su hermana había dicho y que se verían en la próxima batalla, a lo que el Asakura asintió.

Pilika... espero que podamos realizar ese sueño... no, ¡estoy segura de que podremos!

Pensó Mei; a pesar de lo ocurrido, algo le decía que todo saldría bien.

Yoh y Manta entraron a los baños y el Asakura se seguía sintiendo inquieto por las palabras de Pilika, pues no esperaba ganarse el odio de alguien; también se lo veía preocupado por los sueños que terminarían sin cumplirse en la Shaman Fight, pero Manta le contó que un rey no podría cumplir sus propios sueños, pues debe velar por los de su gente, y ese rey debía ser alguien amable y desinteresado.

Shaman King (Manga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora