Parte 34 - Última fiesta

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Todo el lugar cambió y regresaron a la habitación.

– Y diría que eso es todo... Y ahora... Desde hacía un rato que quería decirte algo, Lyserg Diethel – Le miró seriamente – ¿Por qué no les contaste sobre tus sospechas con mi relación con Hao?

– ¿A qué te refieres? – Preguntó Lyserg con una sonrisa.

– ¿Crees que no lo sé? – Saca aquel trozo de tela que vieron en una de las imágenes del pasado, el mismo que Hao le había dejado a ella junto a la nota antes de irse – Esto lo llevaba como accesorio en el concierto, reconociste que era un trozo de la capa de Hao. Comenzaste a sospechar de mí y se lo contaste a Marco. Tú fuiste el que incitó a Marco provocando que él me matase.

– ¡¿Qué?!

Todo el mundo se giró para ver a Lyserg en shock.

– Es cierto que le conté a Marco mis sospechas... pero no pensé que llegara a esos extremos... y aunque lo supiera, no puedo controlar a Marco – Explicó el inglés.

– ¿De verdad lo dices? Tú que sin dudar dejarías morir a cualquiera que esté aliado con Hao. Por ejemplo, te alegraste de la muerte de Boris y luego está Bill. Te quejaste porque Yoh lo salvó de los Soldados X cuando quedó gravemente herido por ellos. Y te recuerdo que puedo leer las mentes, es normal que sepa ciertas cosas que ocurrieron.

– Lyserg... ¿es eso cierto? – Preguntó Ryu sin querer creerlo.

– ¡¿Es que eres idiota?! – Gritó Horo Horo agarrándole del cuello de la camisa – ¡¿Cómo se te ocurre hacer algo así?! ¡Hikari nunca...!

El Ainu entonces fue interrumpido por unos relámpagos que impactaron alrededor de ambos.

– ¡Oye Ren, ten más cuidado! ¡Casi me das!

– No he sido yo, Horo Horo... – Murmuró Ren, mirando de reojo a Mei.

– Desgraciado...

La cara le había cambiado por completo; la expresión serena que hasta ahora había tenido la rubia, se había transformado en una mirada que le heló la sangre a cualquiera que la mirase a los ojos. Su colgante brillaba con intensidad y algo parecido a agujas doradas de doble filo la rodeaban y se cargaban de electricidad mientras se acercaba a ambos.

– Apártate, Horokeu...

Sin rechistar, y con bastante miedo, Horo Horo soltó a Lyserg y se apartó.

– ¿Qué crees que has hecho...? – Comenzó, su tono era frío y amenazante – ¿No pensaste que llegara a esos extremos...? ¿No puedes controlar a Marco...? Todo eso no es más que un montón de mierda... desde el momento que abriste tu asquerosa boca, condenaste a muerte a mi mejor amiga.

– O-oye Mei, ¡no le hagas daño a Lyserg! – Rogó Ryu.

– No sirve de nada ponerse así ahora mismo, cálmate por favor – Trató de razonar Yoh.

– ¡¡NO OS METÁIS!! – Gritó con furia mientras algunas de estas descargas iban hacia Yoh y Ryu, quienes no fueron alcanzados por los pelos.

– O-oye, pensé que nos entendíamos – Murmuró Lyserg, sudando ligeramente debido a la tensión.

– Eso pensé también... Visto lo que me habían contado de tí, pensé que habías recapacitado... ¿pero matar a mi amiga...? – Las agujas entonces se reunieron en círculo y, en el espacio central, la electricidad se cargaba y concentraba para disparar – Eso no tiene perdón.

– Mei, ya basta por favor – Dijo Hikari aún sin cambiar la expresión seria, sin apartar la mirada del joven.

– ¿Por qué debería...? – Dijo, mirándola de reojo – ¿Tú acaso le perdonarías si yo hubiera estado en tu lugar...?

Shaman King (Manga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora