Parte 36 - El Continente Mu

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Mientras Hikari dormía en la habitación de los hermanos Asakura esa noche, alguien más se había desvelado: Mei se encontraba en el tejado de la posada, sobre la habitación del equipo The Ren, mirando las estrellas con una expresión seria, sin apenas mover un músculo... hasta que notar cierta sensación la hizo parpadear.

– No tienes que esconder tu Furyoku de mí... lo sabes, ¿no, Ren?

En efecto se trataba del Tao, quien sonreía ante la agudeza de ese sexto sentido que su amiga tenía más sensibilizado.

– Lo dice quien se esconde en el tejado – Decía mientras se sentaba a su lado – ¿Estás tomando la misma costumbre que el idiota?

– ¿Te refieres a Yoh? – Rió ligeramente la Ainu – Tal vez, quién sabe. Sólo sé que la energía de cierto tipo irritante me despertó y no he podido volver a conciliar el sueño desde hace un buen rato... así que subí aquí para no molestaros.

Hao, sin duda alguna... más le vale no estar haciendo de las suyas.

Aclaración: El furyoku de Hao aumenta cada vez que Hikari y él hacen el amor (ni yo sabría cuánto xD). Ésto es una de las ventajas de que él posea al Espíritu del Fuego y ella sea la Sacerdotisa del Fuego. Gracias a su unión que tienen gracias al espíritu, si hay sentimientos, se ayudan mutuamente. El furyoku de Hao aumenta porque lo toma de Hikari (no son conscientes de ésto), pero ella al final acaba recuperándolo y como el el furyoku de Hao aumenta, el de ella también. Por eso Hikari tiene un alto furyoku, gracias a sus años de entrenamiento, gracias a que Hao se ha estado fortaleciendo y gracias a la unión de sus cuerpos y almas. Si Hao se deshace del Espíritu del Fuego, la unión se rompe, es decir, por ejemplo, si Hao muere, ella no morirá. Espero haberme explicado xD

Pensó el Tao, tras lo que miró al cielo junto a su amiga. El cielo estaba completamente claro en ese momento, dejando que las estrellas brillasen en todo su esplendor; ambos observaron el cielo por unos minutos sin decir una palabra... hasta que el chino rompió el silencio de nuevo.

– Algo te preocupa, ¿me equivoco?

– No pensé que fuera tan obvio... – Respondía la Ainu con una sonrisa triste – Mañana será la partida al continente de Mu y un nuevo rey nacerá... así que pensé que esta sería no sólo la última noche que pasáramos todos juntos, sino además... sería la última noche que podríamos ver las estrellas los dos juntos, como en los viejos tiempos.

Eso había dado a Ren que pensar. Mei tenía razón: después del nacimiento del nuevo rey, todo cambiaría... y si fracasaban por algún motivo, sería la última vez que ambos se verían.

– Llevas razón...

– "Ahí" llevo razón, ¿no? – Dijo Mei tratando de molestar al chino, cosa que le hizo reír un poco.

– Heh, tal vez – Respondió al percatarse de lo que trataba de decir, dándose cuenta un poco después de algo – Esto me trae recuerdos.

– Recuerdos... ¿de cuándo?

– Seguro que recuerdas cuando cumplí 11 años...

[FLASHBACK]

Era la noche del 1 de enero, año 1997. En las montañas de Guizhou, sentados casi al borde de un acantilado, se encontraban una Mei de 10 años y un Ren que ese día cumplía 11, contemplando las estrellas.

– Entonces te marchas mañana... – Comentó el Tao, a lo que Mei asintió.

– En realidad, tendríamos que habernos ido antes... pero hice lo que pude para convencer a mis padres de quedarnos hasta hoy, no podía perderme tu cumpleaños.

Shaman King (Manga)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora