Shaman King (Manga)

Extra 3: Osorezan Revoir (Parte 2)

Más tarde, Yoh y Anna regresaron. A la noche, sorprendieron a Kino y a Matamune al encontrárselos viendo juntos la televisión. El felino estaba por decir algo, pero la anciana lo sujetó para que fueran a tomarse un baño juntos, a lo que éste se dio cuenta de sus intenciones y aceptó marchándose ambos dejando a los chicos solos.

Ambos jóvenes estaban viendo el concurso musical de año nuevo. Tanto uno como otro, estaban ahí para poder ver a su cantante favorito. Anna comentó que la canción de Bob, el cantante favorito de Yoh, era rara, sin embargo, él comentó que la canción de la cantante favorita de ella, Ringo sí que era rara.

- Ringo da miedo. - Comentó el Asakura.

- Solo en apariencia. La razón por la cual se viste y actúa así es porque intenta ocultar su verdadero yo, un ser débil. - Explicó la joven. - Esta canción... es muy tierna

- Como tú, ¿no? - Dijo con una sonrisa.

Ante ese comentario, Anna se giró a él sorprendida. Yoh comenzaba a entender todo teniendo en cuenta todo lo que había ocurrido desde que llegó, dándose cuenta de que ella debía estar bastante mal al tener la capacidad de leer el corazón de las personas. La chica se sorprendió al haberlo descubierto por él mismo. Le aconsejó que si se quedaba con ella solo le esperaban cosas malas por lo que debería irse, sin embargo, él no pensaba hacerlo, le gustaba la tranquilidad, por eso no podía irse dejándola así.

- No quiero tu compasión.

- No es por compasión. Simplemente quiero hacerlo, así que no te preocupes.

- ¡¡¡Eso se llama compasión!!! - Exclamó comenzando a molestarse. - Tu tranquilidad no tiene nada que ver conmigo. Yo odio a todo el mundo. Y no pienso relacionarme con nadie jamás. ¡¿Por qué intentas acercarte a mí?!

Le preguntó queriendo una respuesta, pero Yoh, desvió la mirada sonrojado sin saber cómo responder a su pregunta, sin embargo, Anna se sonrojó al leer su mente.

- La verdad... Tiene que ser muy molesto poder leer la mente de los demás...

- .... - No sabía qué decir, se había sonrojado más. - ¡PERVERTIDO!

Le dio una fuerte bofetada que se escuchó por toda la casa. Salió de la habitación cerrando la puerta trás de sí con la respiración agitada y con el pensamiento del dolor en su mano. Desde el otro lado de la puerta, Yoh le pidió ir juntos al templo después de que acabara el programa que echaban después del concurso.

- Sé que no te gustan las multitudes, pero... es mejor pedir un deseo tan pronto como empieza el año. Tienes que contárselo a los dioses. Pero no se trata de pedirles que te lo cumplan, es una manera de hacerte una promesa a ti misma. Sobre lo que te gustaría hacer este año o cómo quieres mejorar. Como no lo sabe nadie más, es fácil que te desvíes de tus propósitos, pero haciéndoles una promesa a los dioses es más fácil que lo recuerdes. Tú también quieres hacer algo con tus poderes lo antes posible, ¿o no? - Le comentó Yoh.

- Pero... yo...

- De alguna manera todo se solucionará. Si te molesta la gente y sin querer acabas invocando un Oni... esta vez escaparemos de ahí juntos. Y si con los rezos no se arregla lo de tu poder, tampoco pasa nada.

La joven se giró confundida por sus palabras mirando la puerta.

- Porque, cuando llegue a ser el Shaman King, me ocuparé de ello. - Dijo decidido el Asakura sorprendiéndola. - Que vergüenza me da decir estas cosas. - se rió avergonzado. - Menos mal que está la puerta de por medio. Bueno, yo voy a ver el programa. No te quedes dormida ¿eh? Te estaré esperando. - Dijo con una sonrisa.