Tras marchar todos del castillo de los Tao, Ren marchó por separado montando a Hakuoh mientras el resto del grupo usaba diversos transportes para volver; en ese momento, el grupo se encontraba en una camioneta y Ryu, Hikari y Horo Horo se encontraban durmiendo en los asientos traseros, mientras que Manta y Yoh se encontraban despiertos en los asientos del medio.
Ambos hablaban sobre cómo Ren no había hablado aún con su padre antes de marcharse y de cómo parecía más huraño que de costumbre, pero lo que ellos no sabían es que, mientras Ren cabalgaba alejándose de su hogar, su padre le seguía montado en Daidouryu para entregarle la espada Hou Rai Ken, finalmente teniendo una particular despedida.
– ¡Es verdad, acabo de acordarme! – Exclamó Manta, dándose cuenta de algo – ¿Tienes idea de cómo volverá Mei a Tokyo?
– ¿Eh? Pues... mencionó que iba a volver por otro camino – Respondió Yoh.
– Me resulta algo contradictorio y extraño, ella dijo que habría sido más divertido si viajábamos todos juntos y ahora es ella la que se va por separado.
– Bueno, ¡seguro que tendrá sus motivos! – Añadió el Asakura con una de sus típicas risas.
– Jeje, supongo que sí.
Pasó el tiempo y la noche se presentó; Ren había decidido acampar en una zona cubierta por algunas rocas, hizo una hoguera y dejó a Hakuoh descansar. Mientras él comía algo y miraba la hoguera, una figura que lo había seguido hasta ahora había dejado oculto a su caballo y se había escondido tras una de las rocas, simplemente estando cerca de él sin que se percatara de su presencia, pero...
– Tú, el que se esconde – Dijo Ren en alto, cosa que provocó que a dicha figura se le pusiera la piel de gallina – Más te vale salir de ahí para que te vea, o lo vas a pasar mal...
El chino se levantó de su lugar y formó su Over Soul de inmediato, listo para atacar... pero entonces...
– ¡E-está bien, está bien! ¡Saldré! – Dijo finalmente esa persona.
¿Una mujer?
Pensó el Tao al escuchar una voz femenina. La propietaria de esa voz había dado unos pasos hasta donde su caballo estaba oculto y toma cuidadosamente sus riendas, guiándolo hasta descubrirse ambos. Ren quedó de piedra y deshizo su Over Soul al instante en cuanto identificó a la propietaria de aquella voz, la cual resultaba que conocía bien.
– ¿Q-qué haces tú aquí, Mei?
– Bueno, yo...
A su lado se encontraba una yegua del tamaño de Hakuoh, de figura delicada y pelaje marrón canela y blanco, su cola y crin mezclaba ambos tonos.
– Esa yegua es...
– Es Hanami, tu madre me permitió usarla para el viaje... Solíamos montar a caballo de pequeños, ¿recuerdas?
– Veo que no te has olvidado de cómo montar en este tiempo... Ven, debes de tener hambre.
Mei había dejado descansar a Hanami junto a Hakuoh y Mei se acercó a la hoguera; también llevaba algunas provisiones, así que ambos juntaron lo que tenían para administrarlo en el largo viaje. Al principio, al Tao le tentaba preguntar cómo es que su madre le había permitido llevarse a su yegua con ella y le ofreció un caballo Jhiang Shi a Horo Horo, pero ya sabía la respuesta: la Ainu ya era como de la familia para ellos. Tras la cena, tanto Mei como Ren se habían preparado para dormir a la intemperie; pero antes de acostarse, decidieron sentarse y mirar el cielo estrellado por un rato. Todo era tranquilidad, sin embargo Ren decidió romper ese silencio.
– Dime... ¿por qué viniste conmigo?
– ... Sólo un mes... – Respondió la rubia, confundiendo un poco al chino – Ese es el tiempo que hay entre el final de la primera ronda y el comienzo de la segunda... y ya han pasado casi tres semanas, así que pensé que... que quizá este viaje de vuelta era el único momento que podríamos volver a pasar juntos en mucho tiempo.
ESTÁS LEYENDO
Shaman King (Manga)
Romance¿Te gustó la historia que escribimos basada en el anime? MidnaChalenging y yo hemos escrito la historia de nuestras personajes basándonos en la LA HISTORIA DEL MANGA, así que debes de haber leído el manga antes de leerlo. Habrán cosas iguales o par...