Shaman King (Manga)

Parte 26 - Viaje al infierno

Hao se encontraba solo en uno de los lugares de su base, sentado en una silla sumergido en sus pensamientos.

– Horokeu Usui... un descendiente de lobos... Sea cierto o no, sigue siendo una leyenda que aún existe en muchos países.

La memoria de Hao viajó entre sus recuerdos hasta cientos de años, cuando era un niño... donde cerca de un pequeño templo, había una humilde morada, y a su lado caminaba alegremente con una mujer que le tomaba la mano.

A causa de ese lejano recuerdo, las lágrimas salieron de sus ojos.

– Madre...

De camino a la posada en el auto de Marco, Tamao no dejaba de mirar a la Doncella; en cuanto Manta llamó su atención, la pelirrosa confesó que las ropas de la Doncella le parecían hermosas, a lo que ésta le ofreció probárselos, pues tenía muchos conjuntos de ese estilo. Marco se opuso, cosa que hizo llorar a Tamao.

– L-lo siento...

– No llores Tamao... – Trató de consolarla Mei, tras lo que miró a Marco con mala cara.

Sin embargo, el Soldado X admitió que la intención de la joven no era mala. Mientras tanto, el encapuchado del estadio les seguía la pista.

De vuelta con Hao, de pronto un pequeño sonido cerca de él llamó su atención; era Hikari, quien hasta ahora, había estado descansando en la habitación. Estaba impactada, con sus manos tapándose la boca, por lo que estaba viendo con sus propios ojos; Hao estaba llorando. No sabía por qué, pero las lágrimas de ella también aparecieron, quizás sea por haberle visto por primera vez en ese estado o quizás... ¿estaría sintiendo la profunda tristeza de él?

El Asakura también estaba sorprendido, pero antes de que pudiera reaccionar, Hikari había sido más rápida. Rápidamente se acercó a él y le abrazó fuertemente.

– H-Hao...

– ...

No sé por qué he reaccionado así... él siempre mantiene una sonrisa en su rostro pase lo que pase, siempre tranquilo e indiferente, pero ahora... se ve tan débil, tan... frágil... ¿Cuán profunda es esta tristeza que has cargado durante mil años...? Por favor, Hao... ábreme tu corazón... siempre supe que, en el fondo, no eres como todos creen...

Pensaba Hikari. Tampoco sabía qué decirle, solo podía abrazarle suavemente y acariciarle la cabeza para hacerle saber que no estaba solo, que ella estaba a su lado.

Hao estaba sintiendo la calidez de ese abrazo que ella le estaba brindando, una paz y tranquilidad comenzaba a apoderarse de él. Levantó poco a poco sus brazos con intención de abrazarla, pero un pensamiento llegó a su cabeza, y no solo a él, sino a Hikari también: alguien estaba espiando.

Y así era; Porf de los Soldados X, había estado apuntando a Hao desde hace un rato, pero el shock de haber visto tal escena lo desconcertó. Queriendo volver a concentrarse, ya era demasiado tarde; Hao, con su nuevo poder, acabó con la vida del hombre.

En el muelle, Yoh y su equipo habían terminado de entrenar y obtuvieron nuevos Over Soul. Los tres miraban al mar cuando alguien se unió a ellos, una mujer. Ryu quedó encantado por ella, pero un encapuchado se interpuso antes de que éste pudiera siquiera acercarse a ella, tras lo que más personas les rodearon. Ella los detuvo y se borró el maquillaje de la frente, desvelando la marca roja de su frente: se trataba de Sati y una parte de los Gandara. El objetivo de Sati era claro: pelear con Yoh; el Asakura debía morir por el bien de los Cinco Guerreros.

Yoh tenía muchas preguntas, pero no había tiempo de responderlas; Sati debía mostrarle el infierno. El Asakura aceptó, cosa que preocupó a sus amigos, pero Yoh sabía que tanto Ryu como Mei confiaban en Sati; si había ido a buscarlos, debía tener una buena razón. Sin embargo, no iba a ponérselo fácil a la budista, iba a dar lo mejor de sí.