Los disparos se escuchan cerca pero no demasiado. Hailey está aterrada. Ambos estamos asustados y con el pulso latiéndonos en las sienes. Solo espero no desmayarme.
—Quédate aquí, iré a trancar la puerta —digo lo más tranquilo que puedo, aunque mi voz es un poco inestable.
Hailey se aferra a mi bata, asustada.
—No me dejes —suplica.
—Ni pensarlo —musito antes de levantarme.
Lo siento mucho, pero el que esté afuera se queda afuera.
Cierro la puerta rápidamente y trato de ver por el cristal que tiene en el centro; el pasillo está totalmente desierto.
—No hay nadie en el pasillo —susurro—. Ven, vamos a la cámara de extracción.
Hailey se levanta con un nerviosismo muy evidente y se apresura hacia donde estoy.
Cruzamos hacia la cámara de extracción (que está entre la regadera y el cuarto de reactivos) antes de escuchar una serie de disparos un poco más lejos. La asustada chica pega un grito antes de agacharse.
—Ven, conmigo —me agacho a su lado para levantarla—. El tirador no está cerca. Todo va a estar bien.
La verdad no estoy seguro de mis palabras porque siendo sincero no puedo asegurar eso en momentos como estos. Aunque me hace caso.
Llegamos al cuarto de extracción y cierro la puerta con pestillo. Ahora o estamos protegidos o estamos atrapados.
Me siento raro. Es como si estuviera en modo automático. Supongo que es por el miedo que siento. No por mí, sino por Hailey. En ese momento parece que me llega una conexión neuronal porque vuelvo a entrar en mí. «La vida de Hailey podría estar en peligro así que vuelve a la realidad», me exige la vocecita de mi cabeza.
El hecho de pensar en algo tan atroz que pueda sucederle a Hailey me recorre el cuerpo y me deja más que aterrado por ello.
Vuelvo mi cabeza hacia Hailey (ahora en modo cuerdo) y veo que está sentada en una esquina, en el suelo. Sacando el teléfono de su bata. El temblor que tiene en las manos no ayuda mucho.
—¿Qué vas a hacer? —inquiero mientras me agacho a su lado.
—Voy a llamar a Lyanna.
—¡No! Podrías hacer que su teléfono delate dónde está escondida.
—¿Crees que estén bien...? Los otros me refiero.
—Deben de estarlo —respondo mientras trago con dificultad.
Eso espero. Porque el simple hecho de pensar que algo le pueda pasar a Ronnie me roba el aliento.
—¿Por qué no le llamas a tu papá? —sugiero.
Hailey está tan aturdida por la situación que hasta actúa lento. Cuando su papá responde comienza a llorar.
—Papá, ven por mí, te lo suplico. Están atacando la escuela. Estoy muy asustada —el teléfono pregunta algo ininteligible para mis oídos como para captar algo de información—. No lo sé. Ven por favor.
Me gustaría dejarla más tiempo en el teléfono, pero sus sollozos están haciéndose más fuertes, así que le quito el teléfono con delicadeza.
—Déjame hablar. Estás levantando mucho la voz y podrían oírnos.
Hailey, que tiene los ojos llenos de lágrimas, hace un sonido estrangulado para tranquilizarse y me da el teléfono, que no deja de parlar.
—¡¿Hailey estás ahí?! ¡¿Estás con alguien?! —exige saber el hombre detrás de la llamada.
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IMPOSSIBLE LOVE
Teen FictionMuchos tienen complejos. Complejos que pueden destruirnos. Honestamente, la pregunta "¿Seré suficiente para ella?" Atormenta a más de uno. Una lucha constante contra sentimientos negativos, ser el nerd de la escuela y padecer trastorno dismórfico co...