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Permanezco patidifuso ante lo que acaba de suceder. Permanezco afuera, donde Emily me dio el beso; quemándome bajo los rayos del sol de las 5 de la tarde.

Entro a casa para aplastarme en uno de los sillones de la sala. La confusión aumenta y empiezo a deliberar conmigo mismo: «¿Qué acaba de suceder?». «¿Esto en verdad pasó?». «¿Qué significa para ti?».

No termino siquiera de formular un pensamiento cuando aparece otro y otro y otro... Sacudo la cabeza para tratar de aclararme.

«A ver, Noah. Enfócate por favor», me exijo.

Emily es muy bonita. Es menor que yo un año. Es agradable y durante estos días se ha mostrado más alegre y vivaracha. Además, me sentí muy halagado por lo que dijo sobre mí; que le parezco lindo, inteligente y talentoso. Ninguna chica antes me había dicho algo así. Y ese besito en la mejilla...

Nunca pensé que podría siquiera gustarle a alguien. Sin embargo, no puedo. Lo que sucedió hoy estuvo bien pero no sentí... nada.

Entonces recuerdo la canción. En cuanto pienso en ella Hailey se aparece en mis pensamientos, de modo que recuerdo uno de los detonantes que me hizo fijarme en ella: su voz.

Me siento muy mal por esto, pero empiezo a comparar lo que siento por ambas: A Emily la veo como una amiga. Y le tengo cariño, y mucho, porque sé que es crucial en la vida de Dastan. Sin embargo, Hailey... no puedo explicar con palabras lo que siento por ella. Pero la palabra amor se queda demasiado corta. Con Hailey viví un sueño al cantar con ella. Su voz es hipnotizante, su belleza externa es sumamente exquisita y ni siquiera se compara con la persona que es en el interior; es un ángel de luz que alumbra mis días más oscuros, que me levanta el ánimo con siquiera existir, que me motiva a mejorar como persona, y aunque parezca precipitado, en Hailey encontré la clase de persona con la que quisiera pasar el resto de mis días. Su sensatez, su sentido del humor, su talento, su determinación para cumplir sus metas, su pasión por lo que ama, su amabilidad con la que trata a los demás, la ternura con la que ve a los más desfavorecidos, su afabilidad, su humildad, su sencillez, su solidaridad, su dignidad... Ojalá hubiera más palabras para demostrar todo el universo de emociones que inundan mi corazón cuando pienso en ella. Y, aunque ella esté ahora mismo con Tommy, no puedo desprenderme de lo que siento por ella.

De verdad, aprecio a Emily, pero por mucho que me importe no puedo sentir lo mismo por ella. Ni siquiera queriendo. Desde que me enamoré de Hailey no he tenido ojos para nadie más. Y lo que sucedió hoy tampoco ha cambiado las cosas.

Caigo en la cuenta de que la confusión que acabo de tener se debe únicamente a que fue la primera vez que alguien me muestra esa forma de afecto. Y se siente bonito saber que eres importante para alguien, pero se siente terrible saber que no le puedes corresponder.

Debo encontrar la forma de decírselo a Emily. Y me duele mucho pensar en si la lastimaré, porque yo mismo estoy en esa situación. La situación me estresa y no puedo evitar que mis múltiples personalidades discutan en mi mente: «La gran diferencia es que tú nunca le has confesado tus sentimientos a Hailey». «Pero Emily tampoco te confesó nada». «Si no siente nada por mí entonces, ¿por qué me besó en la mejilla?».

Al final solo llego a una conclusión: debo ser franco con Emily y exponerle la situación tal y como me gustaría que lo hicieran conmigo.

Después de mi resolución, mi cerebro empieza a ensayar todas las posibles formas para decirle a Emily cuál es mi situación y no herirla.

Dastan llega cuando son las 6 de la tarde. Estoy por decirle lo que ocurrió, pero me muerdo la lengua. ¿Qué pensaría si se llegara a enterar de que sé que Heather está interesada en él? ¿Acaso no se sentiría contrariado o enojado conmigo por ocultarle esa información tan importante?

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