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El corazón se me desmorona y cómo no, si estoy hecho un verdadero lío.

La cara pálida de Heather me observa con atención. Le acabo de contar todo lo que sucedió con Emily, y lo que Adara me dijo (que para ser honesto es lo que más me preocupa).

—Me quiero morir —confieso con voz quebrada.

—No digas eso Noah —corrige compasivamente—. Hay muchas cosas buenas en ti.

—¿Y de qué me sirve? Siento... siento que esto me supera. Amo a Hailey más que a mí mismo y le tengo mucho cariño a Tommy. Y... si en algún futuro le llegara a confesar mis sentimientos a Hailey ¿Acaso podría seguir con mi amistad con Tommy? Porque, según Adara, sería una basura de persona.

—Eso solo es una opinión —intenta animarme.

—No me preocuparía tanto si no fuera la opinión de Adara. Es su prima y seguramente Tommy pensará igual.

—De verdad, no sé qué decirte —después de un silencio triste (que me parece eterno), agrega—: Solo te puedo decir como amiga y como chica que, si de verdad amas a alguien, nada ni nadie te impedirá estar con esa persona, salvo ella misma.

—Lo sé y lo entiendo. Solo que... tengo miedo de perderlos a ambos. Que Hailey me diga que no y que por esa razón pierda su amistad. Preferiría mil veces quedarme solo como su amigo a perderla para siempre. Y por otro lado está Tommy. Sabes que casi no tengo amigos. Ronnie es el único que ha estado ahí para mí todo este tiempo.

—¡Oye! —protesta con aire de indignación.

—Me refiero a amigos varones. Y es que la relación que tengo con mi padre ha sido tan precaria durante tantos años, que siento la necesidad de estar al lado de un chico. Quizá se te haga raro que Ronnie y yo nos mostremos tanto afecto, pero solo somos amigos. El perdió a su papá y yo, bueno... tengo uno, pero su trato indiferente me hace pensar que no lo tengo. Tengo miedo. Pero el amor lo puede todo, ¿no?

—¿Qué piensas hacer?

—Me temo que tendré que sacrificar amor por amor. El amor fraternal que le tengo a Tommy por el amor romántico que siento por Hailey.

Los ojos se me llenan de lágrimas y empiezo a ver borroso. Me sentiría menos avergonzado si estuviera en un lugar más privado, pero estamos en la cafetería (es receso).

A Heather parece no importarle, porque me abraza sin previo aviso, y ese sencillo gesto me tranquiliza. No son los brazos fuertes de Ronnie, son unos brazos delgados, pero tienen el mismo efecto tranquilizador.

—Gracias —susurro antes de quitarme los lentes para enjugarme los ojos.

—Para eso estamos —responde conmovida. Su cara, nariz y ojos están rojos. En ella es mucho más visible por su albinismo.

—¿Está todo bien? —pregunta Dastan, que apenas llega a la mesa donde estamos.

—No, solo es la alergia —miente Heather.

—¿Y estás bien? —interroga Dastan sentándose a su lado. Demasiado preocupado diría yo. Mmm.

—Sí. No te preocupes —contesta mi amiga, tallándose los ojos.

Parece que mi primito se dio cuenta de su reacción, así que me descubre viéndolo con curiosidad.

—No me digas, ¿también tienes alergia? —dice con sarcasmo.

—No, solo bostecé —contesto evasivo.

Durante los días en los que Emily me evito decidí pasar más tiempo con Heather. A pesar de llevarse bien con Emily y Dastan, no le dijeron dónde se escondían de mí. Supongo que fue porque después de Ronnie, Heather es la persona que más cosas sabe de mí. Y seguramente pensarían que me diría algo.

IMPOSSIBLE LOVEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora