-¿Puedo pasar a verla?
-Claro –me guió hasta quedar al frente de una puerta- la anestesia se le pasará en unos minutos pero intenta no despertarla.
Yo asentí y entre a la habitación, lo primero y lo único que vi fue a Ceci en una camilla, no me importó ver nada más, ni las maquinas, las ventanas, nada. Solo ella.
-Ceci –susurre- ¿Por qué no me dijiste? –Me senté en la silla que había a su lado y le agarre la mano- sé que esto es raro –me sorbí la nariz- hablarte mientras duermes y ni me escuchas pero por favor, no te vayas, te necesito a mi lado.
Los buenos momento que pasé con Ceci vinieron a mi cabeza, nuestra primer pelea, cuando por accidente la llamé mama, cuando le dije que era como mi madre, cuando me ayudó a que no me suspendan, cuando me enseñó a cocinar…
Ceci fue más mi madre que Mirta y siempre lo va a ser.
-sentí unos brazos abrazarme pero los ignore y seguí hablando- eres mi segunda madre, la única mujer en mi horrible vida que me apoyó, cuidó y quiso, no puedo imaginarme una vida sin ti –me sorbí la nariz- no sabes lo que daría por ser yo la que este en esa camilla a punto de morir.
-No digas eso Angel, todo en la vida pasa por algo y ella estará bien en el cielo.
Levante la cabeza al escuchar esa voz, no podía ser…
-¿Michael?
-Me enteré de que estabas mal y quise venir a verte y evitar que hagas una locura.
-No quiero que se vaya –lo abracé-.
-Nadie quiere –me acarició la espalda- nadie quiere –susurró-.
Estuvimos un rato llorando, si, ambos ¿Quién diría que el gran Michael Clifford le tomó cariño a Ceci? Aunque la verdad, todos le tomamos cariño.
-No lloren –susurró Ceci-.
-¡Ceci! –la abracé- ¿Por qué no me dijiste que era tan grave?
-No quería preocuparte.
-¿Pero si querías morir?
-¿Cómo… -la interrumpí-.
-El doctor me dijo –solloce- no quiero que te vayas.
-Angel todos se van en algún momento –me secó las lágrimas- y ahora es mi momento.
-¿No podemos intercambiar?
-Angel a ti te queda toda una vida por delante –me sonrió- yo ya tuve la mía.
-No voy a poder estar sin ti.
-Angel no será por mucho tiempo, nos volveremos a ver, en el cielo –me acarició los brazos-.
-No puedes saber si iré allá, aunque estoy segura que tu si iras allá.
-Angel ¿no lo entiendes? ¡Eres un ángel!
-Claro que no –reí-.
-Angel tu perdonas a todos, no importa lo que hagan, siempre ayudas a todos en lo que puedes, te sacrificas por los demás, tienes un corazón de oro –me miró tierna- mi niña, eres un ángel.
-Te quiero Mamá.
-¿Me llamaste mamá? –Dijo con lágrimas en los ojos-.
-Eres mi mamá –la abracé- y siempre lo serás –le susurre al oído-.
-Te quiero, hija.
-Te quiero, mamá.
Unos segundos después el doctor vino diciendo que nos teníamos que ir y que Ceci se quedará aquí, ya que tienen que internarla.
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Tu eres mi Angel
Fiksi Penggemar¿Alguna vez te has sentido solo? ¿Sabes el verdadero significado de la soledad? Pues yo si. Muchas veces decimos que estamos o nos sentimos solos pero ¿es verdad? Yo no tengo ni mamá ni papá, ellos murieron cuando yo apenas tenía 6 años. Mi hermana...