Capítulo 2

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 -Me tengo que ir –dije interrumpiéndolo, mientras menos hablemos mejor para los dos- ¡adiós!

Corrí por todo el instituto, en el camino los demás me iban gritando cosas como “a dónde vas fea” o “bien que corres, lo necesitas, gorda” y muchas cosas más, podía sentir como mis ojos acumulaban lágrimas así que me encerré en uno de los baños de mujeres y saqué mi saca puntas de mi estuche, justo cuando estaba a punto de hacer lo mismo de siempre la campana sonó, lo que significaba que era hora de entrar a mi siguiente clase; música.

Al llegar no había nadie aun por suerte, así que me senté en el mismo lugar de siempre; en la esquina y al fondo.

Al cabo de unos minutos el profesor llegó junto con mis “compañeros”.

-Bueno alumnos –dijo sacando la guitarra de su funda- hoy cada uno de ustedes vendrá al frente y cantará una canción acompañada o acompañado de un instrumento musical.

 -¿Y si no sabemos tocar ningún instrumento- preguntó una chica de al fondo- ¿igual tenemos que pasar?

-¡Pero por supuesto! –Dijo el profesor- Todos deben pasar y si no saben tocar ningún instrumento deben pedirle ayuda a alguno de sus compañeros y él o ella recibirá puntos extras.

Y así el profesor fue nombrando uno por uno hasta que le tocó a Megan subir.

-Yo no sé tocar ningún instrumento  -dijo la rubia- ¿Quién me ayuda?

Y en un abrir y cerrar de ojos había miles de manos levantadas y muchos murmullos.

-¡Cállense! –Gritó el profesor- ¡yo escogeré quien va a ayudar a la señorita Rodríguez!

El profesor recorrió con la mirada el salón entero hasta que se topó con mis ojos.

Oh no.

-Rojas –me llamó- venga a ayudar a su compañera.

Miles de risas se escucharon y al igual que en la otra clase alguien me puso el pie y yo caí de cara.

-¡Ay porque yo con la inútil! –Dijo Megan- además ella no toca ningún instrumento.

-Si sabe –dijo el profesor- la señorita Rojas sabe tocar la guitarra y el piano.

Muchas caras de asombro aparecieron en el salón, pero claro, siempre he sido la inútil, la hueca y muchas cosas más, pero nunca nadie ha visto más allá de eso y no creo que lo hagan.

-Bien –dijo Megan después de un rato- pero si sale mal es culpa de ella y suya por ponerme a esta inútil.

Megan me dijo que quería cantar una canción de Taylor Swift; Mean.

Megan cantaba mientras yo tocaba la guitarra y la verdad ella no canta tan mal, tiene linda voz.

Cuando terminamos Megan se bajó del escenario y yo era la siguiente así que me acerqué al profesor para hablar con él.

-Profesor… -dije tocando su hombro- ¿tiene unos minutos?

-Claro Rojas –dijo volteándose- ¿Qué se le ofrece?

-Profesor quería saber si es posible que yo no cante.

-Pensé que esta vez sería diferente.

-Lo siento profesor pero no puedo ¿será que puedo venir en el almuerzo a su salón para dar el examen?

-Claro pero tenga en cuenta que su nota valdrá menos.

-No importa, gracias profesor.

Los alumnos siguieron pasando uno por uno y el último que quedaba era el rubio, justo cuando iba a comenzar a cantar sonó la campana. El profesor le dijo al rubio algo que no logré escuchar y después me fui corriendo a la cafetería a almorzar.

Tu eres mi AngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora