La Piedra Eterna - Parte 2

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—¡Soda Stereo!

De sus botas salieron chorros de agua que lo propulsaron, tratando de escapar de las garras de aquellas manos misteriosas.

—¿Q-Qué son estas cosaaaas? —hacía el esfuerzo de quitarse a las manos de encima, pero le era imposible ya que habían agarrado sus brazos y piernas. Hasta que Soda Stereo hizo su aparición y dio un certero golpe a dos de las manos—. Entonces... ¿las manos son stands? —se preguntó a sí mismo mientras su stand se deshacía de las manos a puño limpio.

Cerati hizo una voltereta en el aire, cayendo de pie sobre el suelo, cerca a la pared.

—Maldición, Gabriel no pudo escaparse. Tendré que encender algo para ver.

Buscó a tientas en el suelo un candelabro o una vela sin mucho éxito. Hasta que se topó con un objeto metálico. Cerati lo tomó con cuidado y se dio cuenta que era una palanca rota.

—Esto servirá.

Arrancó un pedazo de tela de su chaqueta y lo puso en la punta de la palanca que encontró. Usando la fuerza de Soda Stereo, hizo rozar el puño con una parte seca de la pared, creando chispas que encendieron la tela.

—Durará unos segundos, pero es suficiente. Espero...

—¡Cerati!

Escuchó la voz de Gabriel viniendo detrás de él, pero al voltear no vio nada.

—¡Cerati!

Giró hacia el otro lado, pero tampoco lo vio. Corrió por los pasadizos tratando de encontrar a Gabriel, sin embargo, no lo encontraba.

—¡Gabriel!

Uno de los cuadros se cayó al pie de Cerati. Este no le tomó importancia hasta que empezó a dar pequeños saltos. Como había caído de cara, no podía ver lo que estaba pintado. Sospechó que era un insecto lo que producía los saltos así que le dio una patada.

—¡Gabriel! —volvió a gritar Cerati, sin que el pequeño hombre conteste.

Una fila entera de cuadros se cayó al suelo, llamando la atención de Cerati. Se puso en guardia pensando en que el enemigo estaba muy cerca de atacarlo. Soda Stereo se manifestó, listo para contraatacar. El fuego  comenzó a apagarse y la oscuridad volvía a extenderse sobre él, pero unos movimientos extraños cerca a los cuadros hizo que se ponga a la defensiva antes que el fuego se apague por completo.

—¡Maldición!

Cerati vio como salían manos rojas, azules y verdes del lienzo de los cuadros, incluso salían patas para que estos puedan ir por Cerati. Este retrocedió pero otros cuadros lo detuvieron y lo ataron con sus brazos de colores.

—¿De qué trata esto? —se preguntó Cerati, sin poder escapar de las manos.

Delante de él, varios cuadros se juntaron mientras que otro prendía fuego sobre un candelabro partido, pero útil para que Cerati vea a los cuadros reunirse, formando un cuadrado gigante donde los colores comenzaron a deformarse hasta convertirse en partes de un rostro gigante que se reía en movimiento real.

—¡Invasor! ¡Invasor! —gritó el rostro.

—¡Un usuario de stand! Era obvio —concluyó Cerati.

JoJo's Bizarre Adventure: Eternal StoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora