La Piedra Eterna - Parte 4

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—Él es... ¡el comandante Calamaro! —indicó Cerati horrorizado mientras veía el revólver salir por debajo del brazo del comandante.

—¡A un lado, Cerati! —exclamó Gabriel, empujando a su compañero. El disparo resonó en el santuario y ambos se quedaron quietos.

—C-Creo que me dio, pero no siento nada —Gabriel buscó con sus manos la herida de la bala.

—Ni a mí —Cerati hizo lo mismo.

Se escuchó otro disparo, y otro y otro junto a un sonido de semillas cayendo, aunque sonaba a semillas más suaves.

—S-Son...

—Esos pétalos que JoJo nos contó —terminó Gabriel.

—Pétalos de Obladi-Oblada, un regalo del Gran Maestro —el comandante miró complacido la caída de los pétalos sobre ellos.

¡Soda Stereo!

El stand de Cerati se manifestó y golpeó el suelo, produciendo que el agua sea expulsada para mojar los pétalos rosados que estaban cayendo.

—Buena jugada, pibes —dijo Calamaro, poniéndose de pie sobre la Piedra Eterna. Movió su cabeza hacía atrás, colocando sus manos sobre su espalda, produciendo un crujido en su columna.

—Cerati —dijo Gabriel—, este sujeto se ve muy tranquilo. Algo tiene entre manos así que debemos tener cuidado.

—Claro —respondió Cerati, mientras Calamaro seguía crujiendo sus huesos al doblar su cuerpo.

Llevó sus dedos a su oreja izquierda, rascándola para luego hacer lo mismo con la otra, quedándose un tiempo en ese lado de su cuerpo.

—¿Qué pretende? —se preguntó Cerati al ver la tranquilidad de su oponente.

Mientras se rascaba la oreja, abrió su boca, soltando un perezoso bostezo. Ágilmente, bajó su mano hasta su muslo. Gabriel pudo notar una pequeña sombra saliendo de sus manos al momento de bajarlas.

—Lanzó algo -indicó Gabriel—. Pero, ¿dónde está?

Un sonido leve de pétalos alertó a ambos. Cuando levantaron la cabeza, vieron los pétalos de Obladi-Oblada sobre sus cabezas.

—¿Cómo es posible? Los pétalos se mojaron —exclamó Cerati enojado mientras sus articulaciones se endurecían al toque de los pétalos rosas.

Calamaro bajó de un salto de la Piedra Eterna, haciendo resonar sus pisadas en el vacío santuario. Cerati pudo ver una silueta oscura detrás de él mientras se acercaba.

—Viene hacia aquí, junto a su stand —dijo Cerati sin poder mover su cuerpo.

—Ya lo v-vi —la boca de Gabriel se entumeció debido a que un pétalo se posó en su labio superior.

Calamaro no mostraba ninguna emoción en su rostro. Sus ojeras y su mirada taciturna perturbaban a Gabriel y a Cerati quienes se encontraban indefensos.

¡Soda Stereo!

El stand de Cerati se manifestó, pero a los pocos segundos también se entumeció como su usuario.

JoJo's Bizarre Adventure: Eternal StoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora