Mariposa Tecknicolor - Parte 1

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En el escenario, iluminado con la luz de candelabros y espejos, se encontraba Miss Lafourcade. Con un sensual vestido con un lazo rojo en su cintura que remarcaba su delgada figura. Su piel blanca tenía un brillo especial que hacía resaltar sus labios pintados de un púrpura intenso.

Varios hombres se encontraban sentados en mesas redondas. Veían con mucha atención a la sensual señorita del escenario. Miranda sonreía. Era parte de su espectáculo ser coqueta y atrevida pero sin llegar a mayores situaciones.

—Bienvenidos a una noche más con Miss Lafourcade —dijo, cruzándose de brazos y apretándolos contra la parte posterior de sus robustos senos, remarcando la presencia de ambos a los parroquianos. —Creo que quieren un poco de esto, ¿verdad? —preguntó, guiñando el ojo y con una sonrisa pícara.

Todo el público se emocionó a tal grado que varios se levantaron de su asiento. Silbaron y aplaudieron la coquetería de Miranda.

Los violines empezaron a sonar junto al ritmo del piano. Un hombre con una falda irlandesa comenzó a tocar la gaita, emitiendo un sonido particular, que llenaba el escenario de una atmósfera erótica y sensual.

Miranda o Miss Lafourcade comenzó a bailar. Mostrando las largas medias que le llegaban a sus muslos. Movía la cintura y el cuerpo. Los movimientos que hacía enloquecían al público quienes silbaban a más no poder.

Mientras esto pasaba, JoJo estaba recostado sobre un viejo sillón. A su alrededor habían muchos trajes parecidos al de Miranda. Había maquillaje y desperdicios de comida en una esquina oscura.

JoJo se sentía solo. Cerró los ojos y trató de recordar su pasado, pero lo único que recordaba era esa voz y la luz azul intensa que enceguecía sus memorias.

Se preguntó cómo estaba Cerati y si es que estaba viniendo por él. De alguna manera lo sabría ya que no sabía cómo se encontraba el joven soldado. Lo único que sabía era que el capitán Dio Brando ya los consideraba a ambos como enemigos.

Por lo que salir a la calle, siendo enemigo de un oficial del ejército no era muy conveniente.

Escuchó unas pisadas en el techo, el cual se encontraba abierto. Pensó que era Cerati, pero descartó la idea al ver a un hombre con una túnica blanca. Inmediatamente, se ocultó tras los disfraces y aprovechó el espacio entre los trajes para ver lo que pasaba.

El hombre de la túnica bajó por el hoyo donde JoJo había caído. Luego le siguió otro hombre con la misma túnica, hasta que bajó un tercer hombre más. Los tres tenían la misma túnica con un símbolo en el pecho y en las mangas. Muy parecido a un cuadrado y una especie de ojo en el medio.

No pudo ver más ya que uno de esos hombres alzó el brazo y la poca luz que había, desapareció dejando a JoJo en medio de la oscuridad.

—¿Qué sucede aquí? —pensó JoJo.

Sintió una mano en su espalda. Rápidamente, giró y Sui Generis apareció pero no había nada. Era un espacio pequeño y vacío que había en el closet.

Una gota de sudor frío bajó por la frente de JoJo. Se encontraba en la mayor de las incertidumbres.

Sintió otra mano en su espalda, pero cuando giró, no había nadie.

Miró a todos lados. No había nada.

De pronto, giró nuevamente hacia el otro lado, pero él no había siquiera pensado ese movimiento.

—¿Por qué giré? ¿Quería hacerlo? —Sentía el cuerpo entumecido, quería mover los dedos pero no podía. Ni siquiera la cabeza. Los pies se encontraban en la misma posición como los había dejado cuando sintió la mano en su espalda por primera vez.

JoJo's Bizarre Adventure: Eternal StoneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora