~Prólogo~

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Soy _____ Brooks, tengo quince años, solía vivir en Atlanta con mi madre, mi padre y mi hermano. Éramos felices hasta que un virus azotó a todos los que conocíamos, amigos, vecinos, familiares, morían y luego revivían, pero no eran ellos. Se comían unos a otros, todos terminaban igual. Supe seguir adelante por un tiempo, pero todo eso cambió cuando mis padres fueron mordidos y mi hermano se perdió. 

Antes de todo esto, obviamente el mundo era normal, tranquilo y seguro. Yo era la chica fastidiosa, problemática, odiosa y algo estúpida, pero nunca llegué a comprender como Carl me soportaba, no tenía amigos por ser así, Carl era mi único amigo, desde los cuatro años hacemos todo juntos, es como un hermano para mí. 

"¿Estás enamorada de Carl?" Esa pregunta siempre me la hacían en la escuela, incluso mi madre me fastidiaba con eso cada vez que venía a casa almorzar, cuando tenía diez años, duré hasta los catorce enamorada de él. Ahora tengo quince y ese sentimiento se fue, al menos eso creo yo, hice lo posible para que Carl supiera que me gustaba, pero era inútil, él nunca me hizo caso, ¿porqué? Él estaba muy ocupado pensando en Hanna, la típica chica rubia popular, era de lo único que hablaba, me molestaba, cada vez que la mencionaba sentía una extraña sensación, pero yo lo llamo: "celos" 

A veces me ponía a pensar el porqué Carl no se ha enamorado de mí, es decir, paso todo el día junto a él, tenemos los mismos gustos, hacemos todo juntos, nos dábamos abrazos y besos en la mejilla, me decía "te quiero", siempre me hacía sonrojar con esas dos palabras, pero yo no sólo lo quería, lo amaba. 

Mi objetivo era encontrar a mi hermano, Daniel y a Carl, estuve un tiempo con él y con su familia, pero una horda de esas bestias hizo que nos separáramos, desde ese entonces estuve sola, sin ningún apoyo. Mis padres fueron mordidos, desde ese entonces me volví un poco fría, me tomó un tiempo recuperarme de su perdida, mi única fuerza de seguir adelante era Daniel y Carl, pero los perdí. Mi estupidez me llevo hasta aquí, ahora me encuentro encerrada en unos vagones ubicados en Terminus. Aquí todo es horrible, son caníbales. Pero no estoy sola, estoy con un grupo de personas muy agradables y con el mismo objetivo que yo: salir de aquí. Un asiático, una mujer de cabello corto, una mujer de tez negra, otro hombre de tez negra, una chica de coletas, un hombre de barba, y cabello naranja y por último un hombre con peinado muy gracioso, al parecer él era científico y tenía la cura para todo esto acabe, pero no confiaba mucho en él, es imposible que todo esto acabe. 

-Te quiero, no sabes cuanto.- me había susurrado Carl, antes de ir a matar a esas bestias. 

-Carl, no te vayas, no quiero perderte. 

-Juntos siempre, nunca lo olvides. 

Esos recuerdos, esas dos palabras "juntos siempre", era en lo único que creía. Tenía las esperanzas de encontrarlo, tirarme a sus brazos y darle un fuerte abrazo, pero esa ilusión llegó a su fin, tengo que ver la realidad, él ya no está aquí conmigo y quizás ya no lo este, quizás debería hacerme la idea de que él haya perdido la cualidad de ser una persona, me dolía tan sólo pensar en eso, pero debo ser realista, quizás el "juntos siempre" sólo fue una mentira, quizás Carl llegó a su fin, quizás este es mi fin.

"Always Together"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora