"Always Together"

~Capitulo Treinta~

Abrí mis ojos lentamente. Lo primero que vi fue el techo blanco, el típico techo blanco del hospital. Traté de sentarme, me refregué los ojos y me percaté de la presencia de Carl, él estaba sentado mirándome serio. Megan, una de las enfermeras entró. Carl seguía serio. 

-_____, que bueno que despertaste, ¿cómo te sientes?-preguntó. 

-Bien, eso creo, ¿qué me pasó?-pregunté. 

Ella me respondió con una sonrisa y un fuerte abrazo, estaba confundida, ¿qué está pasando?. 

-¿Estás bien? ¿Qué pasa?-pregunté. 

-¡Felicidades!- se separó de mí.- Serás una excelente madre-sonrió. Carl se retiró furioso. 

Mierda... 

-Debo irme, lo siento, gracias por todo-dicho eso, me puse mis zapatos y salí tras Carl.  

Era tarde, Carl ya no estaba. Fui lo más rápido que pude a casa, subí las escaleras rápidamente y él estaba allí, sentado en la cama, mirando a la ventana, dándome la espalda. 

-¿Carl?. 

-¿Hace cuánto lo sabías?-preguntó frío. 

-Cuando me hice la prueba, pero... 

Me quedé callada por un momento, no sabía si decírselo. 

Se volteó a verme.- ¿¡Pero qué!?.  

-Pero desde hace un tiempo empecé a sospechar y ese día que me entregaste la prueba lo confirmé. 

-¿Lo sabías y nunca me dijiste?. 

-Carl, por favor, dime lo que piensas, necesito escuchar tu opinión.

-¿Cómo pudiste hacerme esto?

-No entiendes, por favor escúchame... No me sentía preparada, estaba asustada.

-¿Y cuando pensabas decirme? ¿Cuándo sea el momento de dar a luz, eso esperabas?-se puso de pie.

-No, Carl, no es eso...-me interrumpió.

-¿¡Por qué me lo ocultaste!? ¿¡Por qué lo hiciste!?

-...

-¡RESPÓNDEME!

-¡POR TI! ¡POR TI NO TE LO DIJE! ¡FUE POR TI, POR ESO LO OCULTÉ! ¡POR TI!

Quedó en silencio, tratando de entender aquellas palabras. Los ojos de ambos se llenaron de lágrimas, pero no entendíamos bien el por qué. Ninguno podía explicar con claridad que era lo que sentíamos.

-Fue por ti, Carl. ¿Cómo quieres que te diga si siempre te mostrabas tan a disgusto con esa idea? Siempre me lo decías, que nunca tendrías un hijo, que eso no pasaría, que ni ahora ni nunca querrías... ¿Qué podía pensar con todo eso? Tenía miedo. No podía ir como si nada y decirte que estoy embarazada.

-¿Entonces me tenías miedo? ¿Tenías miedo a que te diga que abortaras o algo por el estilo?

-¿Qué? ¡Por supuesto que no fue eso! Mira... No sabes el miedo que tengo en este momento, pero no por ti... Sino por nosotros. Esto no es fácil, tenemos quince años, somos muy jóvenes para esto... Yo, creo que tal vez... Esperaba perder al bebé antes de llegar a los tres meses, pero nunca había pensado en abortar, ni aunque alguien me obligaras. 

-Dices que no piensas en abortar, pero estabas esperando perder al bebé... No le veo la forma a todo lo que me estás diciendo.

-Carl... Sé que tengo la culpa en todo esto, y en verdad lo siento mucho. No quería lastimarte, no quería ocultarte nada, pero lo hice, y me odio por ello. Yo... Tenía mucho miedo. Aún tengo miedo.

Otra vez quedó en silencio, matándome por dentro en esos instantes. Corrió su cara y se la tomó entre sus manos, apartando su vista de la mía. Yo permanecía parada, esperando a que él me dé alguna señal, pero nada. Temía haber arruinado algo entre nosotros.

-Carl, por favor... Dime algo.

Se paró y se acercó hacia mi lado– ¿Quieres que te diga qué pienso? Esto no es solamente tu asunto, es mío también. Es el de ambos y porque yo no lo lleve en mi vientre no significa menos responsabilidad para mí. Ambos cargamos con lo mismo, y bajo cualquier cosa, no tenías derecho a ocultármelo.

-Lo siento... Por favor perdóname– supliqué con voz temblorosa.

-Ahora con más razón me veo obligado a ir a esa guerra – contestó.