~Capitulo Veinte~

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-¿Te sientes nervioso? Ya pasó una semana y mañana es el gran día.

-Lo sé, papá, ero no estoy nervioso. Es decir, ¿qué vergüenza tendría con ella? La conozco completa, desde la cabeza hasta los pies, nos tenemos la suficiente confianza, no tengo por qué sentirme nervioso, solo estoy ansioso y feliz –sonreí.

-¿Ya lo conseguiste?-me preguntó.

-No, aún no-respondí. 

-¿Qué? Carl, ¡la boda es mañana!-me dijo.

-La verdad, no me importa tanto no llevar el anillo, con que ella tenga uno es suficiente.

-No, estás equivocado. ¿Alguna vez escuchaste o viste de una boda sin uno de los anillos? 

-No, tienes razón-reí.

-Necesitas un anillo, ambos deben tenerlo, así estarán unidos de cuerpo y alma, ese será su símbolo.

-Ya son más de las doce, todo están dormidos, no hay nada que hacer-le dije.

Sacó con sus dedos la sortija que llevaba en su anular izquierdo y me lo puso en la palma de mi mano. Ese era su anillo de casado.

-Papá, no, este es tu anillo de casado con mamá, tú dijiste de la unión.

-Hijo, sé lo que dije, pero con tu madre ya estoy unido de por vida. Gracias a ti, y a Judith y  a mi memoria del corazón, nunca voy a olvidarla. Ya no necesito más esto, es tiempo para que lo uses tú –sonrió.

-Pero, ¿estás seguro? No sé, creo que es demasiado-le dije.

-Carl, me hará muy feliz verte usar mi viejo anillo, y ver a ________ usar el de tu madre. Será algo así como una tradición–rió.– Ahora les tocará a ustedes, luego a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, ahora este pequeño anillo será el símbolo de la unión y el amor de nuestra familia.

-Papá, gracias, en verdad.

Lo abracé por la cintura con fuerzas, tal como lo hacía cuando era pequeño. 

-Estoy orgulloso de lo que eres, hijo. Sé que tu madre también lo estaría, ya eres todo un hombre.

-No digas eso, no ahora –pedí.– Aún sigo siendo tu niñito, al menos hasta mañana – reí.

-Carl, tú siempre serás mi niño pequeño.

-Papá…

-Te amo, hijo – sonrió.

-Te amo, papá, gracias por todo lo que hiciste por mí, eres el mejor padre del mundo.

Mis ojos comenzaron a lagrimear, algo que no podía ni quería evitar. Ambos estábamos emocionados, finalmente me sentía feliz, sentía que habíamos logrado ese objetivo con mi padre. Poder recuperar nuestras vidas, recuperar la felicidad.

-¡Carl! ¡Carl ven! –gritó Maggie, bastante ansiosa. 

-¿Será que pasó algo? – pregunté.

-Tranquilo, si es lo que creo que es…todo estará bien. Ahora ve, te necesitan…buenas noches, hijo.

-Buenas noches, papá. Nos veremos mañana.

Sonrió – Así será.

Lo abracé por última vez aquel día y me fui hacia la casa. Allí estaban todos. Daryl, Glenn, Tara, Sasha, Judith, Rosita, Maggie…pero faltaba ella.

-¿Dónde está ella? No me digan que le hicieron de esas despedidas, ¿No?

Rió Tara – No en este mundo, no puedes ver a la novia hasta que esté en el altar, sería mala suerte.

"Always Together"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora