7-El Equipo De Las Toallas

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Narra Finn:

Lia y yo nos habíamos alejado demasiado de casa, decidimos ir a dar una vuelta para pasar el tiempo, pero la lluvia nos pilló desprevenidos y echamos a correr calle abajo buscando dónde refugiarnos.

Terminamos entrando en el único comercio que seguía abierto: la lavandería.

-¡Joder! ¿En qué momento? ¡Pues si hoy estaba soleado!- murmuró Lia indignada mientras se asomaba por el cristal de la puerta.

-Sólo sé que estoy muy cansado.-intenté regular mi respiración.

Visualicé mi alrededor, había una docena de lavadoras, varias secadoras, una máquina expendedora y unas sillas blancas. Me senté en una de ellas.

-Cuando la lluvia se haya apaciguado, saldremos lo más rápido posible hasta tu casa.-murmuró temblando.

El atuendo que llevábamos no abrigaba mucho, y tampoco ayudaba el echo de que íbamos mojados de cabeza a pies.

Me acerqué a una de las secadoras, y con mucha suerte, encontré varias toallas ya secas, seguramente alguien las había dejado y pretendía volver más tarde a por ellas, pero dado el tiempo que hacía...

Le eché una por el hombro a Lia, y yo me intenté secar con otra.

-Gracias Finn.-sonrió- Deberíamos marcharnos ya.

Salimos corriendo protegiéndonos de la lluvia con las toallas sobre nuestras cabezas. Pésima idea, lo sé.

Seguimos corriendo varias calles más cuando de repente, la lluvia se calmó y ahora solo caían gotitas de nada. Nos miramos uno al otro y empezamos a reir.

-Volvamos a casa antes de que vuelva a llover.-propuse sonriendo.

-Estaba pensando lo mismo que usted, señor Wolfhard, no ha sido muy buena idea salir a tomar el...sol. -siguió riendo.

-He de admitir que no ha tenido gracia.-fingí estar serio.

-Tiene usted razón.-siguió con la broma.

Llegamos a casa a salvo, sanos no tanto, creo que pillaremos un resfriado.

Fui corriendo a buscar algo para cambiarnos de ropa.

-Ven, el baño esta recto a la izquierda.-le tendí unos pantalones de de algodón grises, y una sudadera con estampado.

Me sonrió a modo de agradecimiento. Mientras ella se cambiaba en el baño yo me puse mi pijama, y fui a la cocina a preparar algo caliente.

-Mhhmm, huele delicioso.-escuche a mis espaldas.-¡Chocolate caliente!

Me giré con una sonrisa, y al verla con mi ropa, mi sonrisa se ensanchó. Se veía muy tierna, el outfit le quedaba a la perfección.

Cuando nos sentamos en el sofá, se acurrucó dentro de las mantas y bebió un sorbo de su taza.

-Muchas gracias por todo Finn, me lo he pasado super bien, a pesar de terminar empapados. -sonrió- Que sepas que tu ropa es muy calentita.

-Hemos echo un buen equipo.-le dije mirándola.

-Sii, el equipo de las toallas.-rió abiertamente.

Ricitos de Carbón- Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora