Ricitos de Carbón- Finn Wolfhard-

22-La bolera

Narra Finn:

Hoy teníamos el día libre ya que el cast adulto tenía que grabar escenas en las que nosotros no salíamos.

-¡No me puedo creer que no queden más galletitas! -gritó Millie desesperada.-Tenemos que ir ahora a comprar más.-ordenó poniéndose sus zapatillas.

-A mí no me vais a mover de aquí, estoy muy cansado.-se quejó Gaten sentado en el sillón.

-¡Yo si que me apunto! -se levantó Noah junto a Caleb.

Y así es cómo acabamos todos en el centro comercial, después de que Gaten no quisiera quedarse solo.

Yo decidí ir con Sadie y Caleb a la bolera, más tarde, vendrían los demás a nuestro encuentro.

-¡Boom! ¡Los he tirado casi todos! -celebró la pelirroja saltando.

-Claro Sads. ¡Si sólo has tirado dos de seis! -exclamó Caleb pasándole el brazo por los hombros.

-Dejad paso al profesional, aquí nadie sabe jugar.-los aparté, agarrando una bola azul.

Me concentré en tirar la bola lo más centrada posible.
La verdad, yo tampoco tenía ni idea de jugar, sólo quería presumir si acertara en derribarlos todos.

¿Qué si soy estúpido? Pues sí.

Pero la suerte va de mi mano, y los derribe todos menos uno.

-¡Eso ha sido suerte, bro! ¡Si tu en la vida has jugado a los bolos! -rió mi amigo.

-¿Quién no ha jugado nunca a los bolos? -escuché a Gaten a mis espaldas.

-¡Ya hemos llegado!- apareció Noah junto con la castaña.-¡Y con las galletitas de Millie! -las agitó en el aire.

-¡Si te se caen vas tú a comprarme más! -intentó arrebatárselas ésta.

-Finn nunca había ido a una bolera, y yo soy muy mala jugando.-respondió Sadie a la anterior pregunta formulada.

-¡Pero que ya estoy yo para enseñarte! -se apresuró Caleb.

-¡A mi me dejáis tranquilita, que ya he conseguido lo que yo quería! -se sentó Millie con abriendo la bolsa con sus galletitas.

Me senté a su lado, y decidí enviarle un mensaje a Lia.
Los demás se entretuvieron intentando derribar los bolos.

Ella me respondió casi al instante, sonreí.

"Comprando ropa con mi hermana, el sábado tiene una cita con Nick :')"

"¿Tu no te vas a comprar nada?"

"...tendré que considerarlo. Por cierto ¿no vas a jugar con los demás?"

Le había contado que estábamos en el boliche, pero prefería estar aquí sentado que jugar con los demás.
Suspiré, daría todo por pasar una tarde con ella, cómo aquella vez el día que nos conocimos.

"No me apetece mucho la verdad. Soy muy bueno en otras cosas, pero los bolos no son mi fuerte."

"¿Ah, si? ¿Qué tipo de cosas?"

"Creo que...si quieres averiguarlo tendrás que verlo."

"Manda foto"

"Voy"

Me hice una foto haciendo morritos y se la mandé.
Millie me observaba frunciendo el ceño.

"¿Y bien? ¿Que es esto?"

"Soy muy bueno saliendo bien en las fotos."

":'( me esperaba más acción."

"Desagradecida, encima que te regalo una foto mía."

"Ya eres mio, mi amor"

"Posesiva, bebé"

-¿Se puede saber porque le sonríes al teléfono? -preguntó Millie con la boca llena.

-Nada, que mi padre me ha preguntado como estoy.

-¿Y le has mandado una foto haciendo morritos?

-Claro ¿Algún problema?-la miré mal.

-...oh, vale vale, ya lo pillo.-sonrió para sí misma.

-¡Casi me rompo un brazo! -se quejó Noah.

Estábamos volviendo a pie al hotel, ya que quedaba muy cerca del centro comercial.

Habíamos pasado varias horas más allí; después de que Lia se despidiera de mi por mensaje porque Lucy había insistido en probarse ropa; yo había vuelto a unirme a los demás junto a Millie para entretenernos un rato.

Y justo ahora, después de llegar al hotel, decidí ir a darme una ducha, para después ir a cenar junto con mis compañeros.

-¡Joder! ¡Tápate! -exclamó Caleb, que se le había ocurrido llamar a mi puerta justo cuando me iba a vestir.

-¡¿Pero que haces aquí?!

-¡Solo venía a pedirte ayuda!-gritó.

-¡¿Por qué estamos gritando?!

-¡No lo sé!

Cuando me vestí, le dejé entrar y le cuestioné por que había venido ahora a verme, cuando dentro de media hora nos íbamos a reunir todos juntos en el restaurante.

-Es que...creo que me gusta Sadie.