32-Para la próxima

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Narra Finn:

Miré el reloj antes de llamar a su puerta.

Las 11:47.

¿Seguro ya se habría despertado no? No quiero molestarla.

Mejor me espero hasta las 12.

No. Llama a la maldita puerta.

Quizá...

La puerta interrumpió mis pensamientos cómo si supiera que yo estaba allí. Salió el chico de ayer, sonriendo. Lia se despidió de él, cuando la ví, se me aceleró el pulso, dios, cuanto tiempo, que tierna estaba, con su pijama de ositos y sus pantuflas azules.

Lia se percató de mi presencia y salió corriendo hacia mi tirándose a mis brazos. Una ola de emociones me sacudió por completo.

-Finn.-murmuró en mitad del abrazo.-Te he echado mucho de menos, pensé que volverías dentro de 1 mes.-se separó sonriendome.

-...eh, yo eh...también.- le dije con la vista fija detrás de ella.

Él se echó a reír y ella lo imitó.

-Soy Dylan.-me tendió su mano.-Tu debes de ser Finn ¿me equivoco?

-N-no.-murmuré.

-Finn, este es mi mejor amigo, lo conocí en mi antigua escuela, se mudó aquí mientras tu estabas fuera. No tuve la oportunidad de presentartelo.

Me quedé en silencio, bajo la atenta mirada del tal Dylan, que me observaba con curiosidad, esbozó una sonrisita.

-Bueno...yo ya me voy, tengo cosas que hacer.-se acercó a Lia y le dió un beso en la mejilla.

No aparté la mirada hasta que se marchó calle arriba.
Lia me analizaba como si intentara adivinar que pasaba por mi cabeza.

-¿Entras? -señaló la puerta.

-C-claro.-tartamudeé como un tonto.

Me senté en su cama, mirando mis manos mientras movía la pierna nerviosamente.

La esperé hasta que entró en la habitación con dos vasos de agua y se sentó a mi lado.

-No ha sido la bienvenida que esperaba, la verdad.-le dije.

-No...no sé que ocurre, quiero decir...¿estás molesto?-me preguntó indecisa.

-N-no lo sé, yo...eh...pensé que...

-¿He...he hecho algo mal?-me preguntó mirándome a los ojos.-¿Te he hecho...sentir mal?

Mis ojos no se apartaron de ella ni un segundo, y como no le respondí, ella frunció el ceño.

Decidí acercarme a ella y besarla.

-¿Yo qué?-pregunté divertido al separarme.

-Tu...tu...eres un idiota de primera.

-¿Eso es lo primero que me dices después de 3 meses sin ver a tu angelito? -hice puchero.

-Hace un momento estabas triste, decepcionado o enfadado y ahora
estás...¿feliz?

-Perdoname por mi comportamiento anterior, me había sentido un poco mal al ver a ese tal Daniel, entiendo perfectamente que mi reaccion no ha sido la adecuada. ¿Perdonas a esta cara hermosa? -la mire a los ojos mientes se lo decía.

-Si.-sonrió-Me encanta que sepas reconocer tus errores. Prometeme que la próxima vez que veas a Dylan te vas a disculpar.

-Te lo prometo.

-Bien...Ahora dime ¿a qué ha venido ese beso? -enarcó una ceja divertida.

-Bueno...es mi forma de darme la bienvenida.-sonreí satisfecho.

-¿De darte la bienvenida? ¿A ti mismo?-rió.

-Ajá.-murmuré mirando su preciosa sonrisa.

-Ese tipo de bienvenidas no se dan a un amigo.-negó con la cabeza.

-¿No?-hice cara de perrito mojado.-Yo no lo sabía.

-Ahora ya lo sabes, para la próxima.

-¿Habrá próxima? -sonreí esperanzado.

-No creo, eh.-fingió pensar. -A no ser que...




Ricitos de Carbón- Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora