23-Novio

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Narra Lia:

-Me voy, ya discutimos en otro momento.-cerré la puerta en su cara.

-¡Lia Cadence Smith! -gritó mi madre furiosa.

Le hice caso omiso, y seguí caminando hacía la casa de Dylan.

Ayer, me llamaron para ir a hacer una sesión de fotos para una revista juvenil, y mi madre había dejado a un lado su trabajo en Nueva York para venir a pasar una "semana de madre e hija" conmigo, y aprovechar para convencerme para ir.

Según ella, era una gran oportunidad para conseguir entrar en el mundo de la moda.
El problema es que a mi no me iba eso de hacerme fotos, vale sí, soy fotogénica, pero me incómoda que todo el mundo me vea en una revista por ejemplo.

Ella había insistido e insistido y al final había explotado, literalmente, como una bomba, toda su rabia y su mal humor había caído sobre mí.

Y yo, que ya me había irritado por verla en casa y con su cuento de modelos, me había largado de casa; había decidido ir a casa de Iris, seguro ella me daba consejo.

-No te comas la cabeza, seguro mañana ya se habrá ido al ver tu reacción. -fue su solución.

-¿Me puedo quedar a dormir?-hice puchero.

Ella rió.

-Veamos.-fingió pensar.-¡Con una condición!-sonrió maliciosamente.

-Dime. -levanté una ceja

-Vamos a hacer videollamada con Finn. -aplaudió.

-Iris...no creo que debamos, igual está ocupado o cansado, mejor no lo molestemos-sonreí.

-Ya veo...pues ahí esta la puerta.-me devolvió la sonrisa.

-¡¡HOLA FINN!! -saludó efusivamente Iris.

-No grites, te puede escuchar perfectamente.-rodé los ojos.

-Hola Iris.-dijo sonriendo educadamente.

-¿Quien es Iris? -se oyó detrás de Finn.-¿Ya estás engañando a Lia? Mal, Finn, muy mal.

-Sólo es su amiga, ven.-un chico de piel marrón apareció en la pantalla.-Chicas, él es Caleb. Caleb, ella es Lia y su amiga Iris.

-Pues si está bonita. -dijo analizando la pantalla.- A ver preciosa levantate para que te vea.

-No le hagas caso, es tonto.-avisó el ruloso.

-¡Tonto tú!- se giró hacia nosotras.-Me voy a restregarle por la cara a Noah de que he hablado contigo Lia. Un placer conocerte señorita Iris.

Mi amiga y yo empezamos a reir. Y cuando ya estuvimos tranquilas después nuestro ataque de risa, ya había desaparecido. Iris se fue también a por algo de beber. Y Finn y yo nos quedamos solos en nuestra videollamada.

-¿Para que me has llamado?-enarcó las cejas.

-¿Ahora no puedo hablar con mi novio? -pregunté bromeando.

-Tu hermoso novio.-corrigió- Algún día estaremos juntos de verdad es una promesa.-se apegó más al teléfono.

-Claro, pero para eso me tengo que enamorar de tí y tu de mí.

-Yo ya lo estoy mi amor.- no sé si fue por la forma en la que lo dijo o su expresión en el rostro pero supe, que no bromeaba.


Ricitos de Carbón- Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora