14-Cuando Estás Mal

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Narra Finn:

Me separé lentamente de ella, temiendo su reacción, temiendo por que me rechazara, temiendo por que me correspondiera.
La miré a los ojos, y su rostro carecía de expresión.

¿Que hago?

¿Tengo que decir algo?

¿Le pregunto que tal ha estado?

-Ehhh... Creo que... Esto no debería haber pasado. -le digo nervioso.

-¿Ah?...Si... Si, si. Tienes razón. ¿Lo...olvidamos?

-Claro.-le digo con "firmeza".

-Esto... Creo que debería irme ya... tengo que...pasear a mi hamster, digo... si el hamster.-murmura incómoda yendo hacía la puerta.

-Ahmm, adiós. -pregunté más que afirmar.

Segundos después oí la puerta principal cerrarse.

Joder.

Suspiré exasperado, dí vueltas y más vueltas alrededor de la habitación hasta que mi hermano y su novia aparecieron por la puerta.

-¡Ey! ¡¿Parásito, que has hecho para que Lia salga corriendo por la puerta?! -preguntó un Nick enfadado.

-A ver, corriendo corriendo no ha salido.- intentó suavizar Lucy.

-Solo quiero saber que ha pasado, amor. -volvió a insistir ya un poco más tranquilo.

El sonido del teléfono empezó a sonar desde la primera planta y mi hermano fue resoplando en su busca.

-Finn ¿Que ha pasado?-preguntó la suave voz de mi cuñada.

-No... no le he hecho nada malo.-dije con un tono triste.-Sólo, sólo la he besado.

Y me cubrí con mis manos la cara avergonzado.

-¿Y mi hermana ha salido corriendo?- preguntó incrédula.- Venga ya Finn, pues si está loca por ti. Aunque no logro entender... ¿No te ha correspondido?

-¡Si! Digo...¡No!-suspiré- No lo sé.

-¿Quieres que hable con ella luego?

-Si-asentí como un niño pequeño. Me dió un abrazo bien fuerte, de esos que necesitas cuando estás mal, seguidamente, salió cerrando la puerta con una pequeña sonrisa.

Narra Lia:

Soy tonta.

Soy tonta.

Soy tonta.

Grité lo más fuerte que pude ahogando todo sonido en la almohada. Porque tenía que reaccionar así. Comencé a formularme un montón de preguntas.

¿Finn me odiaría?

¿Se arrepentía?

¿Ya no volvería a hablarme?

Nadie me respondió y yo me dormí inmediatamente.

Esa noche, Lucy vino a hablar conmigo, me dijo muchísimas cosas para calmarme.

Me dijo que Finn estaba muy mal por mi reacción.

Me dijo que mañana debería enviarle un mensaje para arreglar las cosas.

Y antes de irse, me dió un abrazo, ya sabes, de esos que necesitas cuando estás mal.

Ricitos de Carbón- Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora