26-Sentimientos

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Narra Lia:

-De todas formas no creo que llegue para navidad...

-¿No estarás para entonces? ¿Estás seguro?-insistí disgustada.

-Está confirmado, las grabaciones se van a alargar hasta mediados de enero por unos fallos de cámara o no sé qué.-noté tristeza en su voz.

Y es que, a quién le gustaría estar trabajando en una época tan hermosa como Navidad: la familia, los amigos, la decoración, los regalos, el ambiente...

-De todas formas, podemos seguir haciendo videollamadas o si no te apetece algún mensaje.-siguió- Igual con un poco de suerte me puedo escapar algún fin de semana para visitarte, a ti, a mi hermano y mi padre.-añadió después de verme decepcionada.

-No pasa nada, estás trabajando, eso también debe ser importante para ti. Además todos estamos impacientes por ver la nueva temporada.- intenté sonreir.

-Lo siento mucho mi amor, gracias por comprender, te tengo que dejar, adiós. -colgó.

Finn y yo siempre bromeábamos con los apodos cariñosos.

Suspiré, ya estábamos a finales de noviembre, dos meses sin verlo.
Aún así intentábamos llevarlo lo mejor posible, Finn me llamaba cuando tenía un espacio libre, y ya me había acostumbrado a ver su tierna carita en la pantalla. Extrañaba poder tocarlo y abrazarlo, pero con un poco de paciencia, el tiempo pasaría volando y en un abrir y cerrar de ojos, ya volvería a estar en casa.

Finn era uno de mis mejores amigos, y a pesar de nuestra extraña relación, lo apreciaba muchísimo.

Estos meses había reemplazado mis maratones de películas, por llamadas hasta las tantas con Finn, él, a pesar de tener que madrugar, siempre insistía en hablar 5 minutos más. Y muchas veces se levantaba muy cansado, pero parecía no importarle, siempre me regalaba una de sus sonrisas en las videollamadas de madrugada.

Mi hermana se quejaba todo el tiempo de que no dejaba de hablar con Finn, y es que era verdad, muchas veces cenaba en llamada con él. Aprovechaba que me tenía que levantar temprano para la escuela y volvíamos a llamarnos para desayunar juntos.

La relación entre Finn y yo se estrechaba cada vez más, solíamos hablar siempre de tonterías y a veces nos dábamos consejo de cualquier preocupación; él siempre me hacía reír y yo solía bromear de cualquier cosa.

Sólo había un pequeño problema, y es que no me daba cuenta de que tenía unos sentimientos bastante fuertes y no era simplemente amistad.

Ricitos de Carbón- Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora