16-Cena con los Wolfhard

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Domingo.

Cena con los Wolfhard.

Mi madre me había dejado un conjunto de ropa color azul celeste. Unos pantalones ajustados, con una camiseta de tirantes con perlas en los bordes.

Cuando me lo probé casi vomito. Ese no era para nada mi estilo, era más el estilo de mi madre.

Los pantalones ajustados me hacían muchísimo más culo de lo que tenía, y la blusa no llegaba a cubrirlo.
Siempre tuve inseguridad con mi cuerpo, y no me sentía agusto con esa ropa. Tuve que ir así, porque no tenía nada más que ponerme.

Al llegar, antes de llamar a la puerta de casa de Finn y mi cuñado, mi madre me susurró al oído:

-Esos pantalones te quedan genial querida.- seguidamente, se giró hacia mi hermana- Y a ti esa blusa te hace más pecho, seguro vuelves loco a ese tal Nicholas.

Mi padre asintió concentrado en su teléfono cuando mi madre le dió un codazo.

Mis padres eran así, mi madre una obsesionada con la moda, egoísta y sin una pizca de empatía; mi padre sólo vivía para atender al teléfono y parecía feliz de no ocuparse de otra cosa diferente.

Rodé los ojos antes de que la puerta se abriera de par en par, y Finn nos recibiera con su mejor sonrisa, a mi y a mi... adorable familia.

-Hola querido...tu eres Nicholas? - preguntó mi madre mirándolo de arriba a abajo con una mueca desagradable.

Finn se puso rojo de inmediato, me dió mucha pena, iba a decir algo pero mi hermana se adelantó.

-¡No mamá! Finn es su hermano menor, Nick debe de estar dentro, mejor entremos.- dijo ella frunciendo el ceño.

Y cómo si lo hubieran invocado, Nick apareció por detrás apartando a Finn de un empujón. Cerré los ojos cansada.

-Buenas noches, ustedes deben de ser los padres de Lucy, mucho gusto, soy Nick.- dijo éste tendiéndoles la mano.

Mi madre reaccionó, y le dió dos besos con una sonrisa satisfecha mientras se adentraba en la casa. Mi padre lo observaba con su rostro inexpresivo pero igualmente le estrechó la mano.

Fui la última en entrar, como siempre, y cerré la puerta a mis espaldas.
Finn seguía ahí, de pie, mirándome, mientras todo el mundo estaba en el salón.
Le sonreí apenada.

-Hola -susurré mientras me acercaba a él para abrazarlo.

-Hola Lia- murmuró en mi cuello. Me estremecí al escuchar su voz.

-Perdón por lo de antes, mi madre...bueno, ella es así.

-No tienes por qué disculparte, no es tu culpa, de todas formas ya estoy acostumbrado a ser invisible.

-Pero tú...quiero decir, Nick no es...tú eres el que ha salido en series y películas, deberías ser tu el...centro de atención.

-Ya -se limitó a decir mientras desaparecía por la puerta.

Se había enfadado porqué le había dicho la verdad?

Se ha enfadado por algo que debería ser obvio?

Puse los ojos en blanco.

Esta noche iba a ser muy entretenida.

-Entonces, a qué te dedicas Nicholas? -preguntó mi madre mientras le daba un sorbo a su copa de vino.

Ya estábamos todos sentados en la mesa, yo me encontraba en un extremo de la mesa, a mi lado derecho estaba mi hermana, y delante tenía a Finn.

-Bueno, ahora mismo no trabajo señora Smith. Aunque en un futuro quiero dedicarme a la arquitectura. -dijo él convencido.

-Suena interesante, yo siempre tuve claro que quería estudiar derecho, siempre hay que tener las cosas claras desde un principio. Soy muy dedicado a mi trabajo y no me gusta dejar las cosas para después, aunque eso implique no volver a casa en una semana.- respondió mi padre sin vergüenza ninguna.

Ya está, ya había empezado a hablar de sí mismo, y eso me agobiaba, él era una persona muy trabajadora, pero su nivel era excesivo. Más que trabajar para vivir, vivía para trabajar.

En ese momento llegó el señor Wolfhard con una bandeja de pollo asado, y su mujer detrás con más comida.

-Bueno, chicos, ya podemos empezar a comer.- dijo Mary observando la mesa con el ceño fruncido- Finn, cariño, puedes sacar una cuchara? Creo que se me ha olvidado sacar una para la señora Smith.

Éste asintió y fue a la cocina.

-Oh, puede llamarme Claire, nada de formalidades.- dijo mi madre con una risita.

Finn salió con la cuchara y se la dió a mi madre.

-Muchas gracias...¿Como te llamas?- preguntó mi madre curiosa.

-Finn, soy Finn. -respondió éste un poco avergonzado.

-Pero bueno, si eres igual a tu hermano pero en versión chiquitina.- dijo haciéndose la graciosa.

-Finn tiene la misma edad que Lia. -dijo Lucy sonriendo.- Es actor, ha salido en varias películas, mañana mismo se va a seguir grabando una serie.

-Así que Fionn es famoso, pues no me suenas de nada, querido. -dijo mi padre extrañado.

-Finn, ha protagonizado películas bastante conocidas.- dije haciendo énfasis en su nombre, ya que mi padre es un poquito sordo.

-Pues a mí tampoco me suena de nada. -dijo mi madre analizándolo con la mirada.

-Mamá, si no miráis la televisión, ni siquiera vais al cine. -dije llevándome a la boca un trozo de carne

-Ajá. -se limitó a responder Claire, dando por acabada la conversación.

Siguieron hablando de temas triviales, ni me esforcé en participar en la conversación.

Estaba tan concentrada en mi plato que ni me di cuenta de que unos ojos oscuros me observaban fijamente.

Al fijarme en él, Finn apartó la mirada de inmediato.








Ricitos de Carbón- Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora