3-Mi Mejor Amigo

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Narra Lia:

-No quiero hablar de eso ahora...-dije de mala gana.

Parece que él me comprendió porque no dijo nada más en todo el trayecto.
Después de 5 minutos, el autobús se paró dando la inicios de que ya habíamos llegado.

La verdad no me apetecía nada ir a la clase de matemáticas, así que me fui directamente a los baños y me encerré allí. Escuché una voz conocida, y no, no voy a decir que abrí la puerta y supe de quién se trataba, porque ya sabía que era Dylan.

-Lia, estás ahí? -no respondí-Venga ya, no puedes esconderte, y menos de mí.
Dime al menos que te pasa e intentaré ayudarte, con lo que sea.-dijo con su dulce voz.

Abrí la puerta dejando ver mi cara horrorosa: ojos rojos, lágrimas por todas partes, y unas enormes ojeras. Dylan me miró un poco extrañado.

-...no te habrás tomado algo...ilegal? -fue lo único que le salió. Comencé a reír.
Él seguidamente sonrió mostrando sus dientes, y ahí me di cuenta de que su propósito era hacerme reír.

Me tomó de la mano sin decir nada, salimos del cubículo. Me acercó al lavabo y me lavé la cara. Como no había papel ni nada para secarme, le di un inesperado abrazo y me seque con su jersey. A él no le importó, porque sonrió dulcemente.
Dios mío este chico era tan tierno!!

Fuimos a las gradas del gimnasio, y le conté todo, la razón de porque estaba así.

-No tienes que ponerte así Lia, ellos lo hacen por una buena causa. Además en Vancouver harás nuevos amigos y seguro te acostumbrarás rápidamente a estar allí.-dijo intentando consolarme.

-Dy...estoy así por ti, no nos conocemos ni más de dos días y la verdad no quiero dejarte aquí. -dije sinceramente.

-Pero oye, yo tampoco me iba a quedar aquí toda la vida- rió levemente-ademas recuerda lo que me dijiste ayer, estaremos en contacto siempre-finalizó.

Le di un abrazo y decidimos escaparnos de la escuela e ir a tomar un helado.

Pasaron los días, y cada vez me hacía más cercana a Dylan, él era como mi mejor amigo.
Y seguro os preguntareis por Kyla, pues de ella he sabido muy poco, no me ha enviado ningún mensaje como diariamente lo hacía. Y si la he visto por los pasillos, me hizo caso omiso. De repente se comenzó a juntar con los de un año superior, y bueno... se fue toda nuestra amistad a la mierda.

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Narra Dylan:

Ahora mismo me encuentro arreglando me para ir a casa de Lia. Hoy es domingo, falta exactamente una semana para que mi mejor amiga se mude a Canadá; la verdad, ufff, no quiero que se vaya, ella es como la hermana que nunca tuve, la quiero muchísimo
a pesar del poco tiempo que hace que la conozco.

Toco el timbre y me abre la que parece ser...su madre?

-Hola... tu eres...-saludó para que me identificara antes de entrar a la cueva súper secreta xdd okno.

-Lucyyy!! Quieres parar de molestar de una vez?! -dijo bajando las escaleras Lia.

-Llamas a tu madre por su nombre? -dije un poco confundido.

-HAHAHDHAHAHAHHA-comenzó a reír la mayor-No... no soy su madre... soy... soy su hermana-dijo con dificultad debido a la risa.

Sentí que mis mejillas ardían, dios mio que vergüenza, he quedado mal enfrente de su hermana.

-Ehh.... sisisi... Vamos Dylan-la menor me arrastró escaleras arriba hasta su habitación. Rápidamente cerro la puerta de un portazo.
Yo la miré divertido.

-Qué?!-dijo confundida-...acaso querías quedarte a pasar más vergüenza pequeño Dylan? -mencionó acercándose a mi con su sonrisa pícara.

-ehhh...no...claro que no!-dije bastante nervioso debido a la poca distancia que nos separaba.
Ella pareció notar mi incomodidad ya que se separó y comenzó a reir tanto, que casi se meaba encima.

Pasamos toda la tarde jugando a Mario Kart y riéndonos; me fui de su casa a las 8:30 ya que llegaron sus padres y no paraban de hacer preguntas durante media hora de que si eramos novios y cosas así.

-Bueno, ya es suficiente mamá!-dijo molesta mi amiga-Dylan ya se tiene que ir, se le hará demasiado tarde. -dicho esto salimos por la puerta principal.

-Lo siento...-habló de nuevo un poco apenada-Mis padres son bastante pesados-mencionó un poco molesta.

-No te preocupes, no me cayeron tan mal-dije riendo.-Nos vemos mañana peque-me despedí dispuesto a darle un abrazo.

-Hey, peque tú!!-fingió estar ofendida-Hasta mañana Dy-dijo dándome un beso en la mejilla.
Me sonrojé inmediatamente. Y me fui alejando con una boba sonrisa.

Llegué a casa todavía sonriendo; mi tía no estaba, pues todos los domingos se va a un bar o algo y no vuelve hasta la madrugada.
Cené lo primero que ví, y me acosté en mi cama, me dormí de inmediato pensando en aquella ojiazul.

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Nota de la autora:

Heyyy, 884 palabras.
Espero que les esté gustando la historia, si preguntan por Finn saldrá dentro de varios capítulos.
No os alarméis.

•Os gusta que los capítulos sean así de largos o preferís que los haga más cortos?

Nos vemos pronto.
Besosss <3

13-12-2020

Ricitos de Carbón- Finn Wolfhard-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora