El día de hoy, el bendito día de hoy, estaba bastante soleado, lo cual me alegro, ya que era viernes y por fin iba a poder salir a hacer algo con Sabrina o alguno de mis nuevos amigos. A decir verdad me emocionaba bastante el hecho de tener amigos, esa sensación de compañerismo, acompañamiento, entendimiento que tanto necesitaba, por fin lo estaba sintiendo. No lo sentí con mis padres, quizá un poco con Camila, pero realmente esta vez me sentía bien, que estaba avanzando, hasta feliz, y no es poco, a decir verdad siento que los días cada vez mejoran más, aunque cada vez que pienso eso la imagen de esa sombra en mi mente borrandome toda alegría.
Antes de que pudiera darme cuenta me saca de mis pensamientos una gran mano dándome un golpe en la cabeza.
–¡Melissa!, ay dios, esta niña me volverá loca.–dice mi mamá algo molesta. Llevo una mano sobre mi cabeza acariciando con una mueca de dolor en mi cabeza. Una vez termino mi autocompasion por mi pobre cabecita le hago una mirada de pocos amigos a mi mamá a lo que ella sólo responde volteando los ojos. –bajate de una vez que tus clases están por empezar.
Sin decir nada más bajo del auto algo molesta caminando a la entrada de la escuela, hasta que mis ojos cruzan con una escena bastante peculiar en la entrada de la escuela.
–¡Ya pontela, bueno para nada!
–¡Es ridículo!
–¡A nadie le importa lo que pienses, sólo pontelo!
Y así es, Erick, Eva, Sabrina y Daniel estaban forsejeando en la entrada de la escuela. Erick sostenía a Daniel tomandolo por detrás, pasando sus manos por su pecho intentando detenerlo, mientras Eva daba pequeños saltos intentando bajar la mano extendida de Daniel, y por otro lado Sabrina estaba intentando ponerle lo que parecía la una pulsera color naranja en la mano de Daniel. Y por último y no menos importante, la pobre víctima de esta situación, o bueno, definamos pobre víctima. Daniel estaba en el medio intentando soltarse del agarre de Erick, mientras extendía una mano evitando que Eva y Sabrina colocaran la pulsera.
Ahora mismo quisiera pasar de largo ya que todos los están mirando atentamente, pero antes de que pudiera ejecutar cualquier plan de abandono oigo a Daniel gritar.
–¡Oye, loca!, ¡ven a ayudarme con tus amigos que quieren someterme a la ridiculez!
Mira nomas, el señor complejo de Dios pidiendo ayuda, ¿quién lo diría?
Esta en nuestras manos.
–¡Mel, ven y ponle la pulsera rápido!–Oigo gritar a Sabrina rápidamente extendiéndome la pulsera.
Sin saber que hacer me acerco a ellos algo dudosa, es decir, media escuela estaba prestando atención a la escena que mis queridos nuevos amigos estaban montando.
–¿Qué están haciendo?–pregunto sin más ocultando mi vergüenza ante tantas miradas.
–¡Ellos me quieren someter a la humillación! –grita Daniel que no para de intentar soltarse del agarre de los demás.
–¡Es sólo un detalle!
–¡Es ridículo!
–Tu eres ridículo.–dice Erick apretando su agarre cada vez más mientras su amigo se retorcia en sus brazos.
–Emm...–dudo en que decir,–¿por qué le quieren poner eso?
–Es la pulsera que te hable la otra vez, el señor aquí presente no me deja ponersela. –comenta Sabrina haciéndole mala cara a Daniel, a lo que Daniel le da una sonrisa falsa lo cual me hace reír levemente ante la escena.
–¿Y eso?–pregunto mirando a Daniel, es decir, creí que le daría igual.
–Nada personal, sólo no quiero llevar algo de amistad con Erick. –dice mirando a Erick sobre su hombro con cara de pocos amigos, a lo que él responde volteando los ojos.
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Huyendo De Las Sombras. © ✓ [Sin corregir]
Teen Fiction-Ya se te pasará. Sólo es una etapa, pero ya verás que todo pasará pronto. -me dio una sonrisa triste y salió de mi habitación. Por más que lo intentará ya era muy tarde, ya lo había decidido..., iba a suicidarme.