–Hola, Melissa.
Mi corazón sufrió un infarto al momento de oír eso. Me giré con lentitud, como si estuviera rezando por dentro que solo sea un sueño.
–Sabrina... –murmuré llevando una mano a mi corazón en busca de calma.
–Pues si, ¿quién más?, te estuve llamando, todo se fue al carajo. Erick y Eva ni se hablan, Eva ignora a Erick completamente, Erick desapareció, Daniel tampoco fue hoy a la escuela, ¿dónde estabas? –Sabrina reprochó, tomando asiento en el sofá, extendiendo sus piernas sobre la pequeña mesa frente a este.
–¿Cómo es qué...?
–¿Entrar?, mi papá habló con los tuyos, creo que estás castigada o algo así, entonces no se que les dijo mi papá y me mandaron a vigilarte y a hacerte entrar en razón o algo así– hizo una seña con la mano, quitándole importancia.
Tomé aire una vez más, finalmente levantandome del suelo.
–Vete de mi casa.
Sabrina me miró confundida.
–¿Estás molesta?
–Sí.
Sabrina me miró aún más confundida, levantándose para caminar hasta mí.
–Erick me dijo lo que viste, dijo que estabas molesta, pero yo no esperaba que...
–¿No esperabas qué? No necesito tu falsa amistad, así que por favor lárgate –mi voz sonó fría y cortante.
Sabrina me miró con sorpresa.
–¿De qué hablas?
–¿De qué hablo? ¿De qué más, Sabrina? Ser mi amiga porque te lo pidió el director te salió bien, no se que buscabas a cambio pero hiciste un buen trabajo, así que puedes irte.
Sabrina frunció el ceño.
–¿De qué hablas? Yo jamás fui tu amiga porque él me lo pidiera.
–Sí, claro –respondí con ironía cruzando mis brazos.
–Mira, Melissa, entiendo que puedas llegar a estar molesta, pero yo jamás hubiera sido tu amiga porque él me lo haya pedido. Solo me dijo que ayude a la chica nueva a integrarse y así fue, que nos volviéramos amigas no estaba en mis planes ni en los tuyos, pero no puedes culparme por esto.
–Dime esto cuando veas que alguien se acerca a ti por obligación.
–Bien, no puedo hablar contigo hoy. Me iré, llámame cuando lo podamos hablar calmadas.
–Eso no pasará, esta amistad se termina aquí.
Sabrina suspiro con frustración y tomó su abrigo de el sofá antes de caminar hacia la puerta.
–Mira, Melissa, puedes decir lo que quieras, pero la amistad que te di, o que te dieron Erick y Eva, no se puede fingir, y nosotros te queremos y ese es un sentimiento sincero –apretó los labios dándome una última mirada–. Nos veremos luego, llámame cuando estés de humor.
Diciendo estás últimas palabras abandonó la casa.
Carajo.
¿Alguien más va a entrar a la casa para darme un ataque?
–Erick, si estás aquí sal ahora –dije, quedando como tonta al momento en que la casa me respondió con silencio.
Bien, al menos me asegure que no hubiera nadie.
Suspiré apunto de sentarme en el sofá, pero el timbre sonó antes. Con toda la pesadez del mundo caminé hasta la puerta, abriendo esta con mala cara.
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Huyendo De Las Sombras. © ✓ [Sin corregir]
Teen Fiction-Ya se te pasará. Sólo es una etapa, pero ya verás que todo pasará pronto. -me dio una sonrisa triste y salió de mi habitación. Por más que lo intentará ya era muy tarde, ya lo había decidido..., iba a suicidarme.