Capítulo 19.

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–¿Por qué tu mano está así? –mi voz salió bastante fría y seria, no recuerdo la última vez que soné así.

Miré fijamente a Daniel, el cual solo cerró la puerta detrás de él y se acercó hasta donde estábamos a pasos algo lentos y cautelosos.

–Gracias. –Oi detrás de mí a Erick mientras extrendia su mano tomando la bolsa de hielos que Daniel tenía.

–¿No vas a responder? –pregunté aún con la mirada fija en Daniel.

Él solo me miraba, era como si estuviera enfadado y conteniendo sus palabras para no comenzar a insultarme.

¿Es una broma?

Abrí la boca otra vez para quejarme y a punto de comenzar a gritarle a Daniel, pero Erick habló antes.

–Él solo trajo hielo para mí, no te preocupes, no es lo que piensas, Melissa.

Mi rostro se suavizó al oírlo, pero aún así Daniel no quitó su mala cara de mí rostro.

–¿De verdad creíste que le había pegado?, ¿eres estúpida o qué?–dijo con cierto enojo en su voz.

–Estupido tú, no sería raro que le pegaras con esa actitud.

Respondí casi inmediatamente, pero Daniel en lugar de continuar respondiendo solo me quedó mirando, una mirada llena de enfado y lo que parecía desepcion por mis palabras.

¿Y a este que le pasa ahora?

–Te equivocas, Mel, no fue él. – habló Erick, llevando el hielo a su ojo morado, mientras hacía algunas muecas de dolor. –Fue mí padre..., él me golpeó, estaba algo molesto.

Se limitaba a mirar al suelo, su mirada era una mezcla de tristeza y vergüenza, mientras que su cabello y toda su ropa estaba desecha.

–Erick. –me acerqué a él tomando sus manos con preocupación. –¿quieres que llamemos a la policía?, ¿necesitas algo?, te llevaré al médico, anda.

Me apresuré a caminar hacia la salida con Erick de la mano, pero él me detuvo rápidamente sosteniendo mí mano.

–Mel, yo no creo que... –su mirada viajo a mis ojos por unos segundos antes de dejar salir un suspiro. –No hace falta, mí ojo está bien. En cuanto a lo demas, fue solo una pelea, no le des importancia, estaré bien.

Su voz parecía parecía intentar ser algo seria, pero aún se podía distinguir un pequeño hilo de tristeza en sus palabras.

–Erick, no estás bien, no deberías...

–Melissa. –la voz de Daniel me interrumpió.

Me giré a verlo. Recién notaba como tenía un pantalón color naranja y una musculosa blanca, su disfraz hacía juego con el de Erick: el policía y el ladrón.

Su mirada viajo a mí, mientras se recargaba contra la pared cruzandose de brazos.

–Vete con Sabrina y Eva. –su voz fue fría y seca, casi como si quisiera sacarme a patadas de ahí.

Abrí la boca para protestar, pero antes de que pudiera hacerlo vi como Erick soltaba mí mano con una sonrisa triste en sus labios.

–¿Puedes decirle a Eva que estoy bien?, no quiero que se preocupe por mí. Bajaré en un rato.

–Pero...

–Yo lo cuidare. –La voz de Daniel volvió a interrumpirme.

¿De verdad Erick quiere quedarse solo con él?, se ven muy sospechosos, ¿qué carajos paso antes de que llegara aquí?

Huyendo De Las Sombras. © ✓ [Sin corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora