Daniel es un idiota, cada día lo compruebo más.
–Que no.
–Que si, y ya basta.
–El que conduce decide –decretó.
–Es el auto de mis padres –contraataque.
–Yo manejo.
–Yo tengo el teléfono.
–Yo manejo.
–¡Yo soy la copiloto! –dije ya desesperada.
–Yo manejo.
Miré a Daniel tomando una profunda respiración, intentando no partirle con algo en la cabeza.
–Pondremos una canción cada uno –ofrecí.
Daniel me miró con fastidió por unos segundos y luego asintió con la cabeza, volviendo su mirada a el camino.
–Yo primero.
–Obvio no –dije mientras tomaba mi teléfono con una sonrisa, entrando a mi playlist para viajes, porque sí, tengo una playlist para todo, yo nací preparada.
–Eres una dictadora –se quejó Daniel.
–Sí, una dictadora con una playlist para viajes.
–¿Por qué no me sorprende que tengas eso? –cuestionó Daniel, sonriendo de forma divertida.
–Sí, soy alguien simple según tú, pero cállate y escucha lo que es buena música –ordené, dándome play a la primera canción.
–¿Taylor Swift? –frunció el ceño mientras oía la canción.
–Por supuesto, oír Cruel Summer mientras viajas en auto es lo mejor del mundo –sonreí felizmente, mientras miraba por la ventana subiendo aún más el volumen.
Daniel sólo rio negando con la cabeza, aún mirando hacía el camino.
–Mira a tu derecha.
Obedecí, girando mi cabeza hacia donde direccionaba Daniel, sonriendo aún más en el momento en que pude ver la playa a nuestro lado.
–¡Playa! –sonreí abriendo más la ventana, dejando que el viento soplara dentro del auto, revolviendo mi cabello.
La brisa era fresca, la música sonaba por el parlante, el olor a playa inundaba el lugar, algunos rastros de arena se podían ver por el camino, mientras que a lo lejos se podía oír las olas del mar chocando entre si, como si estuviera bailando entre ellas.
–Saca la cabeza.
Miré a Daniel algo dudosa, pero él solo sonrió, haciendo que tomara confianza. Me acerqué a la ventana, sacando mi cabeza por esta. El viento golpeaba mi rostro aún más, el cielo se estaba oscureciendo, mientras que mi cabello volaba hacia atrás, guiado por la brisa. En ese instante, cerré mis ojos, olvidándome de todo. El acosador, la asociación, mis padres, Helena, Erick, Eva, Sabrina. En ese instante solo era... yo.
Me quedé así por un rato, disfrutando de aquella agradable sensación, para finalmente volver a meterme al auto. Daniel me miró por unos segundos y sonrió.
–Ahora estás tan despeinada como yo.
–Nadie jamás estará tan despeinado como tú –contrareste sonriendo.
Daniel sólo alzó una ceja y negó con la cabeza.
Sonreí mirando por la ventana nuevamente. La canción había terminado y no llegaba a reproducirse una nueva por la mala señal del lugar. Quedó todo en silencio. El sonido de las olas y el viento corriendo de forma rápida lograba tranquilizarme.
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Huyendo De Las Sombras. © ✓ [Sin corregir]
Teen Fiction-Ya se te pasará. Sólo es una etapa, pero ya verás que todo pasará pronto. -me dio una sonrisa triste y salió de mi habitación. Por más que lo intentará ya era muy tarde, ya lo había decidido..., iba a suicidarme.