Capítulo 22.

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El teléfono en mí mano sonaba y sonaba, mandándome una y otra vez al buzón de voz.

– ¿Y bien?– preguntó Sabrina desde la otra esquina, bajando el móvil de su oído, dando por entendido que tampoco había tenido suerte.

–Nada.

–Bien, entonces busquemos una vez más.

–Sabi, ¿qué tal si se relajan un poco?, quizá ellos quieran estar solos en un momento así. –la voz de Liam nos interrumpió antes de que pudiéramos pararnos.

–Pero, papá...

Él sonrió como si entendiera lo que Sab estaba pensando.

–No vayan a clases hoy, descansen aquí hasta que sepan algo de Eva y Erick. –él me dirigió una mirada cálida– hablaré con tus padres y les diré que estás aquí y que te llevaré a casa más tarde.

–De acuerdo...– respondí con algo de decepción.

Liam sin más que decir, solo nos dirigió una última mirada amigable y volvió a su lugar en la cocina del restaurant.

Él tenía razón. Solo era cuestión de tiempo, ellos necesitaban tiempo.

–¿Crees que estén bien?– la voz de Sabrina sonaba algo triste y preocupada.

Con un revuelo así cualquiera en sus lugares desaparecería.

–Tranquila, deben estar bien.

Sab solo suspiró con frustración.

–Quisiera saber quién haría algo así. Cuando lo encuentre lo golpearé con mis propias manos.

–¿Quién crees que haya sido? –la pregunta dejó mis labios antes de que hasta yo misma lo pensará con detenimiento.

Sabrina se acomodó en el asiento junto a la ventana, y volteó a ver hacía ésta algo cansada, pero a su vez pensativa. 

–No lo sé, pero está claro que quería joder a alguien, si no fue a Erick o Eva, entonces al director.

–¿El director?...

Es verdad. Él era el mayor afectado en esto, su reputación habrá caído en picada luego de esos folletos.

–Ya, olvidemos esto un rato, hasta que Eva y Erick se comuniquen con nosotros.

Asentí con la cabeza suavemente, pero aún así, mí cabeza no dejaba de pensar en como se encontrarán ellos ahora mismo.

–Traeré algo para beber, ya vengo.

Sabrina se levantó y fue directo hacia la máquina de sodas.

Me pregunto, ¿cómo estarán Eva y Erick?, apuesto a que Eva debe estar devastada.

¿Y Erick?

Mí mente viajó hacia el día de la fiesta, donde Erick se encontraba golpeado en el suelo por su padre.

Quizá si se lo merezca, pero es cruel que sus hijos sufran por esto también.

¿Cómo estará la madre de Eva y Erick?

Esto es algo que no nos incumbe, pero aún así, no puedo evitar pensar en que tan mal podrían encontrarse. 

Mí teléfono sonó en ese preciso instante. Lo tomé rápido, nisiquiera dude en tomarlo y abrir el mensaje que había llegado.

La decepción y sorpresa llegaron a mí, cuando leí ese mensaje.

Número desconocido.

Oye, cobarde.

Huyendo De Las Sombras. © ✓ [Sin corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora