La noche comenzaba a oscurecer todo a su paso, apurando la marcha del sol, el cual comenzaba a ocultarse, siendo opacado por la luna. La brisa de verano soplaba, revolviendo mi cabello, dándole un poco de frescura a mi nuca. La estación de tren estaba vacía, podían oírse los pasos de las últimas personas saliendo de la oscura y fría estación. Mi mirada fija en el chico frente a mí, él cual solo me miraba con una sonrisa entre arrogante y divertida.
–¿Qué es esto? –lo miré confundida.
–Un regalo digno de una swifitie –dijo sonriendo divertido, mientras llevaba sus manos dentro de sus bolsillos.
Al abrir la pequeña caja en mis manos, pude ver un pequeño collar dorado, con un dije en el medio, con una clara letra "D". Lo miré completamente anonadada, mientras intentaba encontrar las palabras.
–No usaré esto. Que quiera tener mi lover era no es suficiente para que te perdone –dije intentando sonar seria, sin lograrlo.
–No lo tienes que usar –mencionó abriendo su chaqueta, sacando de dentro de su remera negra el mismo collar, pero con la inicial cambiada por una "M"–. Yo ya cumplí el sueño swiftie por los dos –sonrió de lado, causando una tormenta de sentimientos en mí, solo en esos pequeños segundos, solo por un pequeño gesto.
Ese chico, el cual desapareció por seis meses, dejando en mí una profunda herida. Ahora estaba frente a mí, regalándome algo tan insignificante, pero a la vez tan significativo.
Tomé aire sin saber que decir. Abrí la boca para intentar poner algún tipo de respuesta o negación ante la escena, pero en lugar de eso solo sonreí. Una sonrisa de labios cerrados, no era alegría lo que expresaba, ni amor, ni era una forma de decirle que lo extrañé, era más bien una sonrisa de "te estuve esperando", o quizá era todo lo anterior a la vez. Él me devolvió la sonrisa de manera casi cómplice. Alguien que comprende cuando guardo silencio, una persona con la que puedo comunicarme solo con una sonrisa. Así es él.
¿A dónde vas cuando huyes?
¿A dónde huyes?
¿De qué huyes?
Cómo una persona con experiencia en huir, debo decir que las sombras cada vez se ven más claras a mi alrededor. ¿Qué debería hacer ahora? Una nueva sobra se hizo presente en mi vida, ¿Debo huir otra vez?
Casi como si nuestras mentes estuvieran conectadas él habló.
—¿Lista? —preguntó tomando mi mano.
No la aparté. Solo volví a mirarlo antes de preguntar.
—¿Para qué?
La respuesta que salió de sus labios, fue la que todo mi ser esperaba:
—Para que huyamos de las sombras.
Apreté su mano suavemente y no hicieron falta más palabras. El tren pasó a un lado nuestro, haciendo que mi cabello volara por todos lados.
Daniel Edevane, tú serás mi eterna sombra. La única de la que no quiero huir.
Antes de que este pudiera irse otra vez, él y yo ya no estábamos en la estación. Estábamos rumbo a un lugar lejos de sombras, escapando, o más bien, huyendo.
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Huyendo De Las Sombras. © ✓ [Sin corregir]
Teen Fiction-Ya se te pasará. Sólo es una etapa, pero ya verás que todo pasará pronto. -me dio una sonrisa triste y salió de mi habitación. Por más que lo intentará ya era muy tarde, ya lo había decidido..., iba a suicidarme.