Hace un año...
Estaba sentado en el sofá, esperando a Diana. Estaba muy enojada, es decir ¿Cómo me va a ocultar algo así? se supone que es mi mejor amiga.
Estaba esperándola hace más de 30 minutos. Mi trasero estaba adolorido ya, pero mi enojo superaba el dolor de la espera. Estaba en la casa de Diana, sus padres no estaban, bueno, ellos nunca estaban, su madre era abogada, y su padre arquitecto, no estaban mucho en casa, por eso pasábamos la mayoría del tiempo en mi casa.
Su casa era grande, era como la mía, o bueno, tenía más colores que la mía, por eso me encantaba mirarla. Su casa era hermosa.
Cuando veo llegar a Diana por la puerta, me quedo esperando a que se dé cuenta de mi presencia. Ella estaba de espaldas, mirando por la ventana. Siempre que llegaba a su casa miraba por la ventana, ya era una costumbre. Cuando me ve, da un pequeño salto.
—¡Me asustaste, Melissa! —se incorpora dejando su bolso en la pequeña estantería a su lado y saca de este unos caramelos de miel —¿Quieres? —Me mira, y sonríe. Su sonrisa siempre era tan... tranquilizadora... daba tanta paz verla sonreír.
—No —digo seria.
Frunce el ceño y yo mira — ¿Qué te pasa? ¿Pasó algo con tu madre otra vez? —dice como si fuera algo a lo que estaba acostumbrada, bueno, supongo que lo estaba, era mi mejor amiga, sabía todos los problemas que tenía, tanto con mi mamá como con el mundo entero.
—No, lo que me pasa, lo sabes muy bien —me levanto y me cruzo de brazos.
—¿Exactamente de qué hablas? —se para confundida frente a mí.
—Sabes de que hablo, Diana.
—No, no lo sé, si no te lo estaría preguntando.
—¿Cómo me ibas a decir lo de Diego? —digo conteniendo el enojó.
—Ouh... ya lo sabes...—susurra y baja la mirada— Te lo iba a decir, solo que no vi el momento adecuado.
Río sarcásticamente — ¿El momento adecuado? ¿Cuándo? ¿Cuándo tengan hijos? Todo el mundo lo sabía menos yo que soy tu supuesta mejor amiga, o bueno, lo era.
—No digas eso... obvio eres mi mejor amiga y siempre lo serás, Melissa —toma mis manos, pero inmediatamente las aparto—. Oh... entiendo... estas enojada, pero créeme que te lo iba a decir, Mel...
—¿Me lo ibas a decir? ¿Sabes quién me lo dijo?, me lo dijo Helena García.
Helena García era la típica chica cliché, la popular, la que tenía a todos a sus pies, ella era super linda, pero obvio, una maldita perra.
—Mira Mel, sé que estas enojada, y tienes todo el derecho, pero...— la veo suspirar y mirar a otro lado— En verdad estoy enamorada...
—¿Enamorada? ¿Estas enamorada de mi mejor amigo? Él es como un hermano para mí.
Así es... mi mejor amiga se había enamorado de mi mejor amigo, y a decir verdad no me importaba mucho, hasta que... hubo una fiesta, en la casa de Cristina Smith, ella era una de las amigas de Helena, aunque nunca había hablado con ella, pero siempre estaba como perrito detrás de ella. En la fiesta de Cristina, a la cual yo no había asistido, porque nadie me avisó, lo que me pareció muy raro, hasta que me enteré que Diana y Diego habían planeado todo esto, ellos habían hecho que no me llegara la invitación de la fiesta, ¿Para qué?, pues esto es lo que más me lastimó. Para poder anunciar que estaban juntos, oh si, por eso mismo. Desde que tengo 7 años conozco a Diego, siempre ha sido mi mejor amigo, y Diana, a ella la conocí a los 12 años.
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Huyendo De Las Sombras. © ✓ [Sin corregir]
Teen Fiction-Ya se te pasará. Sólo es una etapa, pero ya verás que todo pasará pronto. -me dio una sonrisa triste y salió de mi habitación. Por más que lo intentará ya era muy tarde, ya lo había decidido..., iba a suicidarme.