Capítulo 16.

222 34 0
                                        

Odio a todos los hombres del mundo .

Menos a Harry Styles, obvio.

Ni que lo digas.

–¿Quieres bajarme de una vez? –Pregunto ya resignada y con la mirada en el suelo.

Parezco bolsa de papas.

–¿Enserio no me vas a responder? – hago una mueca de fastidio intentando mirar a mi odioso captor de reojo. – ¡Daniel, maldito imbécil, responde!

–Jamás conocí alguien tan grosera como tú. –Dice con un hilo notable de fastidio en su voz.

–Me importa muy poco, bájame.

–No, gracias.

–¡Bájame, maldito idiota!

Enserio que este ser saca lo peor de mi.

Daniel hace una mueca de cansancio y seguido de eso me baja al suelo para luego meter sus manos en sus bolsillos mirándome algo fastidiado.

–Molesta.

–Idiota.

–¿Siempre eres tan grosera?

–Sólo contigo.

Una sonrisa divertida se formó en sus labios.

–¿A qué viene eso, cobarde?

–Claramente a nada. –Digo recomponiendo mi postura.– y no me llamo así.

–¿Prefieres chica suicida? –Pregunta alzando una ceja a lo cual ruedo los ojos bastante cansada de su presencia ya.

Seguramente Erick me debe estar buscando.

Ignorando su pregunta me dispongo a pasar a un lado de él en dirección a la salida del vestuario para encontrarme con Erick pero antes de que pudiera hacerlo siento como una mano me detiene.

Este chico me volverá loca.

–¿Qué quieres? –Pregunto directamente volteando a verlo.

–Yo nada, ¿qué quieres tu? –Pregunta con una sonrisa engreída.

–Ya deja tus juegos que Erick me debe estar buscando. –Me suelto de su agarre para seguir mi camino pero nuevamente él lo evita, pero esta vez poniéndose frente a mi sin borrar esa tonta sonrisa.

–¿Qué? –Pregunto mientras lo miraba alzando una ceja.

Él sólo sonríe encogiéndose de hombros restándole importancia.

Gruño en fastidio para volver a intentar pasar a su lado siendo nuevamente bloqueada por el ser más inútil de la humanidad, claramente.

Me detengo y lo miro directamente a los ojos con una clara resignación y molestia en estos, a lo que él sólo se detiene mirándome de igual forma con esa sonrisa tan odiosa.

–¿Qué?

Él sólo responde encogiendose de hombros nuevamente sin borrar la sonrisa de su rostro.

–Eres molesto.

–Lo sé.

–¿Tú sabes todo o qué?

Su sonrisa se ensancha dando una sensación de superioridad.

–Depende.

–¿Depende?–lo miro arqueando una ceja.

Él remoja sus labios mirándome a los ojos con atención, como si estuviera leyendo mis expresiones.

–Así es. Quizá no se que hay en el área 51 o como se creo la especie humana con exactitud, pero si se todo de ti, por eso depende.

Su repuesta me deja muda unos segundos en los que intento entender que acababa de decir.

Huyendo De Las Sombras. © ✓ [Sin corregir]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora