Capítulo 9

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Era martes por la mañana y Levi había salido a correr temprano como de costumbre, esta vez intentando mentalizarse para la sesión de fotos que se llevaría a cabo mañana a eso de la una de la tarde.

Por un lado se quería arrepentir de aceptar esa invitación, pero realmente era su salida para evitar a esa caja de pandora a toda costa, que si bien, sería inevitable verla, no tendría motivos personales como era usual. En este punto, el azabache se sentía un poco asfixiado por ocultar este asunto, pero realmente no había razón para sacarlo a la luz, pues era solo cosa suya y de esa caja. Aunque si alguno de los dos abría la boca podría salir un desastre tras otro y eso estaba lejos de su visión de una vida pacífica que había fijado hace muchos años llenos de trabajo duro. Sería un completo desperdicio porque si se veía desde una vista despreocupada como la de esa caja de pandora, esto realmente no era tan grave y hasta daba risa.

Esos pensamientos lo hicieron correr más allá de su límite diario y por ende, terminó más cansado; le costaba recordar cómo había sido aquella relación que duró cuatro años y terminó hace cinco, pero que de algún modo seguía vigente y cobrando renta como si no tuviera un fin. A pesar de eso estaba conociendo a alguien nuevo y no le molestaría tener algo completamente serio o casual con esa persona ¡pero anda! ¿Quién no se daba cuenta de que eso iba para largo? Era inútil negarlo pues como decían por ahí, una mirada dice más que mil palabras y cualquier persona, incluso alguien medio ciego, se quedaría completamente en blanco por la notoria atracción que existía entre el empresario rubio y el bartender.

Que se joda la caja de pandora.

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Desde la perspectiva de Erwin todo iba bastante bien, tanto que se tomó su debido tiempo al escoger vestuario a vestuario para la sesión de fotos y el comercial. Se preguntaba profundamente qué talla era Levi, pues las veces que no llevaba su uniforme de bartender lo veía con camisas algo holgadas o suéteres que no tenían nada que ver con el traje de la primera vez que lo vio, si eso podía contarse como traje claramente... ¡dejando eso de lado! Las opciones de vestuario estaban siendo muy complicadas de escoger, porque en la imaginación del empresario, todo le quedaba bien a ese hombre.

-¡Piensa profesionalmente! – se dijo mentalmente intentando combatir esas imágenes extrañas que se acumulaban en su cabeza como agua. Pero siendo sinceros no había algo que negar, ese hombre de cabello negro tenía cuerpo y cara de modelo, era cierto que no había algo que no le quedara bien. Pero entre todas esas cosas, debían existir algunas que le quedaran más que perfecto. Sin embargo el jefe se encontraba en un problema, ya que imaginar a Levi con cada propuesta era una ardua tarea que requería más de una perspectiva y casualmente su directora creativa se paseaba por ahí junto con su secretario.

Como todo el jefe que era les encargó ayudarlo, a lo cual, no pudieron negarse pues era su trabajo y una tarea asignada. Así que tres cabezas estaban pensando en la mejor paleta de colores para la sesión de fotos. No muchas personas, sino es que nadie, compraría cosas que se quedaran en lo completo gris o negro, pero lo que tenía que resaltar era el vino, así que no podían excederse en cuanto a colores. Pero tampoco lo comprarían si no se veía bonito, porque así funcionan las cosas, solo cuenta cuántas cosas inútiles ha comprado o ha querido comprar la gente simplemente porque o son muy graciosas o son muy lindas y no realmente por su utilidad.

Es por eso que tenían un gran dilema y se encontraban divagando entre lo que era llamativo y neutral, esperando encontrar un punto medio entre ambos y así poder tener las fotos perfectas.

Ah, estaban tan concentrados en todo lo que estaba pidiendo el cliente cuando firmó el contrato con ellos diciendo que "esperaba una publicidad perfecta" lo cual sonaba lindo por fuera porque daba la impresión de que tenía mucha fe en la empresa, pero siendo honestos, era una presión entre líneas para que dieran todo de sí, incluyendo el alma. Este cliente era realmente ostentoso con su encargo, pero era comprensible, pues este vino que tenían por producto era una edición especial por el octavo aniversario de su primera edición. Era por esto que este encargo era tan grande con un plazo de meses y no días como en otras campañas. Por eso debía ser excelente en todos los aspectos. Tanto el comercial como las vallas de publicidad debían transmitir ese amor que el cliente tenía por su vino e impactar en el consumidor.

Exotic | EruriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora