Capítulo 21

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La casa de té sin duda tenía una de las mejores vistas hacia el mar; es tranquila, bonita, limpia, con buenas bebidas y postres. ¡Es el lugar perfecto para una cita!

Luego de mucho tiempo, Erwin se encuentra tranquilo, aunque cuando recuerda las palabras de Levi en la cafetería todo se vuelve "complejo" en su interior. A pesar de nunca haber sentido las tan mencionadas mariposas en el estómago, por todas esas películas, series, libros o jóvenes desquiciados de amor, el rubio valoraba más los sentimientos de seguridad, confianza y plenitud que burbujeaba en su alma cuando el azabache aparecía, ya fuese en sus pensamientos o físicamente.

Recordar que su atracción por Levi comenzó vagando en lo sexual, hacían que esta situación fuera bastante irónica, considerando que ahora sus fantasías se centraban en cómo sería tomarlo de la mano.

Algo cursi en realidad.

El tintineo de la campaña llamó su atención, lo sintió. Aquel burbujeo salió a flote como si antes hubiera estado hundido en un profundo mar. Esto se acompañó de un eco, tratándose de su corazón, resonando tal cual un tamborcito.

No hay mariposas, solo un naufragio.

Levi se sienta frente a él tranquilamente, preguntando cómo está.

Su mirada... ah, esa mirada, era la misma que puso cuando le dijo a Erwin "te seguí mirando a ti", anhelante y sofocante, resplandeciendo más porque al fin descansó dignamente.

Típicamente, ordenaron un té verde y un té negro, junto con algunas galletas.

Con satisfacción, Erwin disfrutó de cada galleta, escapándosele un comentario sobre Isabel: - Las galletas de Isabel también son bastante buenas. Me pregunto cuál será la receta... - ante ello, Levi se extrañó.

- No sabía que mi hermana te había dado a probar sus galletas.

- Oh, fue hace unos días a mi casa. Insisto en que son excelentes, quizá se conviertan en mis galletas de vainilla favoritas.

- Ya veo... - el azabache bebió de su té apartando la mirada levemente. En sus adentros se preguntaba si era una estrategia de apoyo para que él hiciera la pequeña corrección de la autoría del acto. Haber probado cuatro recetas diferentes en un día no fue sencillo.

Luego de este detalle, la charla fue muy amena. Quizá temas triviales, quizá demasiada información... quizá, muchas miradas compartidas. Miradas que no tenían la intención de parar o bajar de intensidad.

Terminado el té, fueron a dar un pequeño paseo por la playa, pasando primero por el muelle.

De entre los pequeños puestos que existían en el lugar, Erwin compró un par de algodones de azúcar; el silencio nunca existió, debido a que hablaban de cualquier cosa. En ese punto, Smith profundiza su naufragio. Embelesado por cada ocurrencia que salía de Levi, incluso si eran chistes algo malos, un dato extraño o simplemente su común "mn".

Levi observaba de tanto en tanto a Erwin con sumo detalle. Tal vez su rasgo favorito hasta ahora era la forma de su sonrisa. Tan radiante y llena de vida. Ah, maldita sea, se estaba dejando llevar por un impulso reprimido tanto tiempo.

De un momento a otro, Smith sintió cómo su mano fue tomada lenta y naturalmente. Como si el azabache quisiera recorrer cada centímetro de su piel. Cálido, emocionante.

El empresario tardó un poco en procesar este hecho, inclusive dirigió sus ojos a su mano, que realmente era tomada por una más pequeña y delicada que la suya.

Sonriente, Smith entrelazó sus dedos con los de Levi.

No iban a retroceder más. Ya no.

Una de las tantas cosas que hablaron en la casa de té era de lo que ambos tenían para aportar como pareja para el otro, concordando además en sus metas personales. Con esto sobre la mesa, no había más qué decir. El triángulo estaba completo, por lo que ir de una a la relación formal ya no sonaba tan apresurado.

Exotic | EruriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora