Capítulo 13

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Levi no pudo dormir bien, cada vez que cerraba sus ojos las palabras de ese maldito venían a su cabeza y se repetían como si estuvieran en un bucle: "Él no es tu tipo, ¡por favor! ¡Esto es un juego para ambos! En cuanto descubra lo nuestro, te va a dejar y jamás te va a perdonar" "Desde hoy, tienes esta semana para decírselo. Sino, lo voy a hacer yo"

Le estaba doliendo la cabeza otra vez, no hacía falta que lo amenazara de este modo, ni mucho menos que terminara de despotricar antes de salir de su departamento. Esa maldita frase se había quedado grabada en su alma y lo atormentaba llenándolo de inseguridades.

Su teléfono sonó en ese momento, "Mamá" era el nombre del contacto. El azabache dudó en contestar, sabía perfectamente que era imposible para él ocultar algo a su madre, sobre todo cuando era notorio que algo andaba mal con él. No le quedó otra que contestar y fingir normalidad. No podía hacer otra cosa.

-  Hola, mamá – saludó intentando controlar su tono de voz; quería gritar tanto hasta quedarse sin voz, esa situación lo estaba matando y realmente se sentía a morir cada vez que lo pensaba.

- ¡Levi! – saludó una mujer al otro lado de la línea, que en ese momento se encontraba organizando su viaje de regreso a casa como un descanso del viñedo y oficina. Quería ver a su hijo lo más pronto posible - ¿Qué tal todo por ahí? – preguntó con normalidad, mientras jugaba con su cabello azabache esperando a que su hijo respondiera.

- Todo va... va bien – respondió Levi.

Esa respuesta no convenció a su madre: Hijo ¿estás bien? Te escucho un poco extraño ¿te enfermaste? ¿Kenny sigue haciéndote trabajar demasiado? – quería pensar eso, no le quedaban más opciones que... - ¿Algo pasó con ese hombre del que me hablaste hace unas semanas? – si algo le había hecho ese tal Smith a su hijo, no dudaría de tomar un avión ese mismo día.

- No, todo está bien con él... sólo es que, no pude dormir anoche porque los gatos andaban un poco inquietos y estamos preparando un evento en el bar para mañana – no era bueno mintiendo, no ante su madre. A estas alturas, sentía que iba a llorar.

- Levi, por favor no me mientas – Kuchel Ackerman era la persona que más conocía a su hijo, que era aparentemente indiferente y serio, pero en realidad era demasiado sensible, algo torpe y un poco mal interpretable en sus palabras. Sin embargo no sabía mentir - ¿Es él otra vez? – era la única opción que le quedaba.

- Sí – contestó con sinceridad, para luego proceder a contarle absolutamente todo a su madre. Sabía que a ella nunca le había agradado esta caja de pandora desde que lo presentó de manera casi formal, incluso cuando duró cinco años de relación con él, a su madre no le terminaba de convencer y siempre estaba un poco reacia cuando él venía de visita, pero nunca fue grosera y apoyaba a su hijo con la relación; Kuchel conocía sus límites y sabía que ese hombre no era un vividor o algo así, pero el hecho de que Levi no conociera ni siquiera a un amigo suyo la hacía dudar.

Esta relación ya era extraña, pasada y se estancó en la monotonía, no tenía por qué interferir en los nuevos intereses de Levi. Pero lo estaba haciendo, con todo el cinismo del mundo lo hacía.

Kuchel escuchó con atención, enojada con ese maldito y conmocionada por cómo su hijo había terminado envuelto en una especie de juego sin saberlo.

- Hijo... ¿realmente te gusta ese hombre? ¿Cuál era su nombre? Ah... ¿Erwin? Lo siento, solo recuerdo su apellido – le preguntó. Se estaba aguantando las ganas de ir a hacer las maletas en ese momento.

- Sí, me gusta mucho – respondió quitado de la pena, no había mentiras en eso, ni en el trato que tenía con Erwin ni en sus palabras. Por eso le molestó tanto que la caja dijera aquello. Levi no lo tomaba como un juego y estaba seguro de que Erwin tampoco lo veía de ese modo... sin embargo esa frase final, lo atormentaba.

Exotic | EruriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora