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"Y... ¿Desde cuando sois amigos?" la voz de la madre del peliazul resuena en la mesa, rompiendo el silencio hasta el momento establecido.

Tras haberse duchado y haberse puesto la ropa de Apolo, Bruno se reúne a la mesa con la familia del peliazul. Debido a la notable diferencia física entre ambos, la ropa del chico le queda levemente apretada, haciendo resaltar sus brazos y piernas. Apolo siente que puede desmayarse en cualquier momento cuando los músculos de su espalda se alzan orgullosos bajo la tela de la camiseta. Y, una vez llega a la mesa, el de hebras azules se obliga a sí mismo a controlar su respiración.

Bruno está sentado a la derecha de Apolo, mientras que Ares y Aura toman asiento justo enfrente. Los mayores de la casa han optado por las dos cabeceras de la mesa rectangular, quedando alejados el otro. Todos los comensales llevan sentados apenas unos escasos diez minutos, en los que no ha habido ningún tipo de incidente o comentario malintencionado que pueda dejar en ridículo a Apolo.

 "Desde que me quedé encerrado en la biblioteca del instituto. Bruno estaba conmigo." contesta el peliazul por ambos, mientras el azabache a su lado asiente con la cabeza respaldando su versión.

"Casi nos da un infarto ese día." suspira el padre de Apolo mientras se lleva la mano al pecho y entrecierra los ojos, provocando una risa en los dos adolescentes protagonistas del relato. Ambos imaginan que el que tu hijo desaparezca sin ningún tipo de aviso o rastro durante una noche entera no es precisamente una experiencia que todo progenitor quiera vivir al menos una vez en la vida.

"Se ve que Apolo no lo pasó nada mal." masculla Ares entonces, dedicándole una mirada sugestiva a ambos chicos mientras da un bocado a la comida de su plato, esperando con impaciencia la reacción de su hermano mayor.

"¿Toda una noche sin verte la cara? Lo mejor que me ha pasado en años." suspira el peliazul, dedicándole una sonrisa inocente y escuchando el sonido que emite Bruno a su lado cuando trata de reprimir una risa.

Ares le dedica su mejor mirada de odio, con el ceño fruncido mientras se gira hacia Aura, que permanece ajena a la discusión de sus hermanos. "¿Has oído lo que me ha dicho?" se queja el chico, mientras su hermana resopla con cansancio.

"A mi dejadme al margen." casi suplica chica, devolviendo toda su atención a su plato, haciendo como si su hermano hubiese desaparecido de su lado. Ares niega con la cabeza con notable indignación antes de desviar la vista hasta Apolo de nuevo, retándolo con la mirada mientras el chico permanece sereno.

"Punto para Apolo." se dice a si mismo con orgullo.

"Entonces, Bruno..." se dirige Ares por primera vez al azabache, que asiente con la cabeza, haciéndole saber que lo escucha. El de hebras azules se teme lo peor. Esa conversación no puede acabar en nada bueno para él. "Del uno al diez, ¿Cómo de zumbado pensabas que estaba Apolo cuando lo viste la primera vez?" quiere saber, y el peliazul cierra los ojos con fuerza, expirando exageradamente y conteniendo las ganas de clavarle a su hermano el tenedor en la garganta. Cuenta hasta diez, encontrándose completamente calmado cuando sus orbes enfocan la estancia de nuevo. El azabache parece haber estado esperando a que el chico centre de nuevo su atención en él para finalmente responder.

"¿Sinceramente?" pregunta Bruno junto a él, haciendo que el peliazul finalmente se gire para encararlo, observando su perfil mientras este continúa con la mirada fija en su hermano. Ares asiente, aguardando la respuesta contraria pacientemente. El chico parece pensárselo, frotándose la barbilla con los dedos en un gesto exagerado antes de responder. "Hmm... Catorce, diría yo." responde, asintiendo con la cabeza, seguro de su respuesta. "Sí. Catorce, definitivamente." recalca con seguridad.

Apolo siente que su mandíbula está a punto de rozar el suelo ante la afirmación del pelinegro, mirándolo con odio y dándole un manotazo en el hombro, mientras el contrario se queja como un niño pequeño ¿En serio ese es el imbécil que está empezando a gustarle?

canciones de rock y pinturas de van goghDonde viven las historias. Descúbrelo ahora