Parte 26 - El inicio del viaje

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La luz de la luna acompañaba al grupo mientras comenzaban a zarpar, la gente de Dokuro estaba por de más entusiasmada, pues el tiempo les había hecho olvidar lo que era sentir esperanza, la esperanza de que pudieran conocer más allá del mundo de muerte y caos que los rodeaba.

Ethan estaba serio, a pesar de la ovación no creía que lo que ellos estaban haciendo se trataba de algo heróico, simplemente eran malditos condenados a encontrar la cura a la tan temible maldición de los huecos, además de que buscaban frenar la clara intención de acabar con toda la vida que un ser desconocido buscaba provocar.

Allen vaya que estaba entusiasmado, éste incluso se había puesto al borde de la cara frontal del barco para observar como el agua golpeaba el casco de la nave, pues desde hace tiempo él no hacía más que vagar por la ciudad de Dokuro sin saber realmente quien era. -Miren esto, el fondo ni siquiera se puede percibir-

-¿Eso es así?- Owen simplemente lo ignoró y comentó sarcásticamente, se encontraba un poco cercano a Allen sentado sobre un barril.

Iara estaba al borde de la barandilla, apenas sostenida por una de sus manos mientras dejaba que el viento y la brisa marina sacudieran su cabello, sin duda para ella era magnífico salir de Dokuro. -Esto se siente muy bien- Tenía una amplia sonrisa sobre su rostro, aunque ella pocas veces dejaba de sonreír. 

-El mar es tan extenso y magnífico, pero tan misterioso, ahora entiendo porqué la gente solía evitarlo- Victoria estaba fascinada, sus ojos brillaban al ver el horizonte que les aguardaba, aunque de igual forma había miedo reflejado en ellos, pues los enigmas que se ocultaban en las profundas aguas del mar carmesí estaban a punto de ser revelados.

Ethan estaba en la parte superior de la cabina dónde se encontraba el timón en compañía de Nadeen, quien estaba dirigiendo el barco hacia la ruta conocida del mar carmesí.

Aldrich por su parte estaba revisando nuevamente el libro que les dió el oráculo, un nuevo texto había aparecido en sus páginas, aunque de igual forma en un principio no podía revelar que decía. -Que extraño- Tomó uno de los libros que cargaba en su morral y empezó a hojearlo, era una especie de diccionario de símbolos, aunque en ese libro no había ni siquiera algo parecido al texto del libro.

-Parece que al final tuviste que nuevamente tomar un timón- Ethan estaba observando hacia el horizonte, podía desde arriba ver a todos bastante calmados, cosa que definitivamente también lo tranquilizaba a él.

-Creo que el mar nuevamente llamaba por mi- Nadeen estaba bastante tranquila al navegar, le recordaban buenos tiempos que pasó junto a su hermano y toda la vida que dejó atrás, aunque claro, era aterrador pensar que estaba en una superficie que podría acabar con ella simplemente por resbalar.

-¿Qué tanto crees que nos tome llegar a tierra?- Preguntó Klein, según las historias ese mar no era demasiado extenso, más bien, era un lugar repleto de peligros, tormentas y puntos muertos.

-Si todo sale bien creo que podríamos cruzarlo para mañana por la noche- Nadeen no estaba del todo segura, pero la brújula que trajo Ethan luego de su visita al oráculo era peculiar, pues no sólo mostraba y se movía con las direcciones de la rosa de los vientos, tenía otros símbolos similares a ciclos del día, amanecer, anochecer, formas de sol, luna y estrellas, así como una equis y una espada que estaban en direcciones opuestas.

-Todo va a salir bien- Ethan confiaba en ellos, sabía que no eran blandos o blancos fáciles, por lo que estaba seguro, todos juntos tendrían la voluntad para acabar con la maldición y con el barón de marfil.

Moon fue la única que se había resguardado en la cabina del capitán, tenía luz gracias a una vela y a una linterna de aceite, ya que en el barco había bastantes para que pudiesen iluminarse.
Ella seguía viendo la hoja de su espada con atención, estaba segura de que esa arma había llegado a sus manos por alguna razón, cuando la tocaba sentía tranquilidad, una sensación familiar que le ayudaba a serenar un poco toda la ansiedad que tenía al pensar en todas las posibles consecuencias de haber comenzado ese viaje. -Se siente bien- Ella puso su mano sobre el poderoso filo del arma, pero a pesar de que presionaba su dedo hacia él, no le provocaba ninguna herida, era bastante extraño. -Siento lo mismo que tú- Moon parecía haber perdido la cabeza desde que consiguió aquella espada, pero había algo más, de verdad tenía algo más ese arma, algo misterioso.

Los ojos de un hombre muertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora